Accedemos a los deseos
que nos regalan un pase
de emoción amorosa
que convertiremos en pasión infinita.
Nos adecuamos,
nos hacemos perfectos,
y, con humildad, viajamos
a la novedad repetida
que nos endulza.
Decidimos que la verdad
de nuestros besos y abrazos
viaje hasta el cielo.
Vamos ya.
Por supuesto, no pensamos
en la vuelta.
Juan T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario