Averíamos
la maquinaria del amor
que nos recomendó
un roce sanador.
Singularizamos
esa renuncia
que no regala felicidad
a borbotones,
como soñamos.
La experiencia
no es hoy un grado,
ni parece que lo será
con la llegada
del frío que congela.
Te fuiste sin aviso:
sé que lo superaré,
pero, entretanto, amor,
duele, duele tanto...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario