La mañana viene
casi perfecta.
Ha llovido,
la noche se llenó
de sueños lindos,
fuimos esperanzas
en figuraciones sinceras.
Hemos pedido calma,
y la hemos tenido.
Las ocasiones han sido,
o han parecido.
Nos hemos abstenido
de debilidades, de calladas
respuestas a las preguntas
siempre repetidas.
La disciplina
ha sido testimonio
del amor que llevamos
dentro y con un sí
de dedicación plena.
Las esencias
nos configuran
con reglas no escritas.
Suena el sonido
de la entrega,
y todo parece anunciar
un feliz año.
Todo, sí,
pero faltas tú,
mi amor campeón,
tú con tu sonrisa silente,
tú con la profundidad
más calurosa.
Ya sabes:
ven, te espero.
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