Desde lo más nimio

Hagamos que el corazón nos mueva hacia ese sentido que tienen las actividades humanas cuando las dotamos de lo abstracto y de la razón. Podemos mucho.

Nos hemos de preparar cada día en la búsqueda de un perfeccionamiento difícil, pero posible. Hemos de intentarlo con prudencia, con constancia, dando pie a las opciones que, sin duda, nos puede ofertar la existencia. Juntemos las piezas del círculo.

Suscitemos los mejores ánimos, con acuerdos periódicos, con soluciones a cuanto nos envuelve, con sustituciones de las cargas, con miradas hacia el futuro, con coraje y salubridad, siempre en la suficiencia más cimentada para avanzar.

Progresar es ser, y vivir es habituarnos desde la promesa de que lo primero es el ser humano, y después, casi en paralelo, su felicidad.

No suprimamos la sensatez, que es la escalera por la que podemos y debemos armarnos de valores singulares. No dejemos que los desvelos de otros nos puedan, pero, eso sí, acompañemos siempre a los más necesitados, por ellos, por nosotros, porque podemos serlo en cualquier momento. Motivemos cada jornada desde lo más nimio, desde el germen de una pequeña ilusión. Puede ser, será, lo que queramos.

Juan TOMÁS FRUTOS.