Echo de menos tanto
que no sé por dónde empezar.
Intento que mis recuerdos definan
ese campo del deseo
fraguado tras sueños posibles.
Pondero mis pensamientos
endulzados por instantes de pasión,
y doy contigo en lo fundamental,
con lo que me hechiza:
¡sí, son tus ojos!
¡Lo que daría por verlos ahora!
J.T.
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