Encendemos esa escena
que nos aclara la vida.
Somos en ese trayecto
que nos permite amar
con recetas de cura total.
Eres emoción
en la intensidad de esas aguas
que conforman nuestro río vital.
Compartimos, y, haciéndolo,
somos mejores personas,
más felices, con razones,
sin ellas, experimentando
el gozo de estar presentes
en el milagro cotidiano.
Pretendemos amar,
y la suerte es que lo conseguimos.
Juan T.
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