martes, 11 de diciembre de 2012

Aupar la dignidad

Apostemos por la vida en todos sus términos. No abundemos en las gracias que no comprendemos. Seamos en la sensación más estimulante. No paremos en el viaje existencial, que no ha de estar lleno de compromisos, sino de deseos de estar bien.

Abundemos en los hechos que nos sacan de obligaciones sencillas, y sepamos en la noria que nos dispone con un norte emblemático. No rompamos la unidad de una acción en la que hemos de creer con entusiasmos plenos.

Las existencias están llenas de aspectos contables que hemos de relativizar, pues lo relevante es lo que tenemos como personas, y no tanto la materia o la propiedad tangible.

Las prestaciones a los demás han de servir como opción, e incluso como más que eso: no dejemos atrás lo que nos plantea una ocasión no herida. Saquemos partido al planteamiento existencial. Curioseemos por los lugares más sencillos. No quitemos palabras que necesitamos para salir adelante.

El bienestar nos debe venir de todas partes, sin negociaciones, de manera natural, sin sobresaltos, procurando que todos tengamos lo mínimo para que aupemos la dignidad a esa atalaya conjunta donde debe estar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

No hay comentarios: