martes, 4 de diciembre de 2012

La contradicción existencial

Presumamos que podemos avanzar con una novedad manifiesta. Nos hemos de convocar con una razón real. No apaguemos esa llama que nos da calor y que nos sirve, en paralelo, de referencia para cuanto nos sucede en el día a día.

Nos hemos de organizar para la noria que marea y alimenta el ego en el que nos hallamos. Hemos de prepararnos para ese bienestar que nos sustenta con ocurrencias de diverso género. No rompamos la luna del anhelo imperfecto que nos hace pregonar los ideales más bellos.

Simpaticemos con las obras buenas, y expongamos los criterios para mantenerlas con la armonía más precisa. No seamos en la sensatez que no comprendemos y sigamos expresando lo que puede tener hermosura sin cautela.

Todo es una previsión que hemos de desarrollar con una gracia que nos ha de eternizar. Queremos saber para ser, para vivir, para dar con la muestra que nos dictará los resultados más implicados.

Hemos supuesto caricias que ya hemos de prodigar entre quienes las merecen en la idea de extender los ejemplos que con seguridad pueden ser modelos. La existencia es suerte, y con ella hemos de jugar intentando que nos encuentre, aceptando sus designios desde el afán de la mejora constante. Es la misma contradicción vital.

Juan TOMÁS FRUTOS.

1 comentario:

Rocío Pérez Crespo dijo...

¡Holaaaaa! desde estas latitudes heladas, donde el aire huele a estralicas y corbillones.
Ayer comenté éste artículo en Face, en el muro de Ana.
Me pareció estupendo.