Vivamos
ese amor que nos exprime
y expresa
cuanto fue diversión
y conformidad para ser felices.
No esperemos
en ese lado que alimenta
la confusión
y vayamos con ternura y firmeza
a los gozos de las caricias
en las que creemos.
Regresemos
a las virtudes que nos declaran
amigos de verdad
en expresiones perfectas.
Hermoseemos en instantes
que nos prevengan
desde la emoción singular
y sincera, con fuerza.
Conservemos lo que nos dignifica
y nos hace implicarnos
con valores de comunión absoluta.
Tratemos de conectar.
Juan T.
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