Hemos de abrir
las puertas del deseo
con un ánimo
que nos debe llevar
donde la emoción
tiene un cierto sentido.
Generemos
las claridades con un gusto
que nos ha de intentar dar
las voluntades
de una sencilla actitud,
que nos ha de dejar
donde somos personas.
Pidamos
con una cautela
que nos señale
la emoción singular.
Nos hemos de presentir
con unos anhelos de amar.
Debemos escribir
con resoplidos
que nos amolden
a los instantes seculares.
Nos amaremos
cuando sea, como sea,
una y otra vez.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario