Somos en lo honorable,
prefijando un deseo
que se multiplica.
Vayamos hacia el momento
que nos dictará qué hacer.
Nos entregamos.
Los sueños siguen.
Les haremos caso.
Precisemos un aviso
de consideraciones leales.
Seremos breves,
pero intensos,
en la extensión que nos dirigirá
hasta la sensación más tenue,
la más brillante,
que nos recordará
por dónde tenemos que marchar.
Nos sabremos
con caricias y cariños que son
en el dinamismo que subraya
lo ideal, lo esencial.
Hemos acordado vivir.
Juan T.
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