Configuramos los empeños con recuerdos que fueron, que aún están donde deben, que nos ubican con la bondad menos relativa.
Hemos abierto los planes que antes nos confundían, y ahora nos reflejamos en los aires de la juventud que se extiende con protocolos cumplidos.
Nos alabamos con suspiros que vienen del buen itinerario, y nos hallamos en los comienzos que nos declaran el amor perpetuo.
Hemos reseñado la vida con más vida, y en ella nos otorgamos la fortuna de una fe que nos imprime el mejor carácter. Seguimos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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