Me despierto,
y palpo el milagro
de la Creación.
Me río:
siempre has estado ahí, estás,
pero es ahora cuando contemplo
lo afortunado que soy.
Todo aparece igual,
mas se advierte diferente.
Nos disfrutamos
en ese comienzo que es unión,
que nos alivia
de tensiones y silencios,
de soledades e imperfecciones
mientras nos elevamos
al Cielo de los mil dioses.
Me has despertado
en el doble sentido,
y con esa óptica oteo
la realidad presente,
hermosa, plena, con la bondad
de una relación que distingue
los mejores pasos,
ya dados.
Volvemos a tomar
el camino del fin,
que se esfuerza por llegar
donde queremos, que es mucho.
Amanecemos
con los brazos entrelazados,
con las pieles confundidas
la una con la otra,
con los sueños
en singular:
ya son sólo uno.
Hemos divisado la aurora,
y, tras ponerle nombre,
le regalamos hechos.
Sí, he despertado,
hemos despertado.
Juan T.
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