Destaquemos algunos fines con claridad y apuntando los nudos básicos de la comunicación. Nos debemos halagar regalando ilusión y buenos propósitos. Buscamos en ese nuevo proceso de comunicación una oportunidad, aunque suponga el riesgo de volver a empezar. La sintonía se producirá sin prisa, pero sin pausa, desde el esfuerzo cotidiano, que ha de procurar estar ordenado y presto a nuevos intentos. La solución es constante: se presenta articulada cada día con el esbozo placentero de lo que tiene sentido solo en el conjunto y no en la individualidad.
Asistimos a otro pronóstico, que nos genera dudas, que son buenas para adecuar los aspectos críticos a lo que ocurre repetidamente. Hemos de aprender divisando a los demás. No nos veamos en soledad. La comunicación necesita interacción, participación, anhelos compartidos. Crecemos gracias al resto de conciudadanos y conciudadanas, y los demás han de aumentar en lo cualitativo y cuantitativo gracias a una ingente voluntad y a una mejor intención.
Comienzan los días en cada segundo. Eso nos da fortaleza y mejores anhelos. Nos hemos de plantar con registros voluntariosos. Hemos de aprovechar instantes de concordia y de cordura para fomentarlos y seguir adelante con la intervención de los otros, que nos rodean con sus experiencias y que nos pueden dar una felicidad inconmensurable.
Cruzamos datos, contrastamos situaciones y eventos con reglas que nos hacen vivir con un entusiasmo que nos ha de conducir por vericuetos de expresiones que nos han de alegrar ese caminar que debe venir con dulces que compensen la sal y otros encargos existenciales.
Mirar con garbo, con precisión, intentando llegar a algunas metas con anhelos claves y claros: ése es el consejo que tiene una carga de objetiva subjetividad que nos regalará buenos resultados. Seguro. Salir a la calle e involucrarnos en la intrahistoria y en su paisanaje es un óptimo argumento con intermedios felices. Es, sin vacilación alguna, la dicha la base para seguir cada jornada. Las causas son las motivaciones de cada amanecer, que hemos de contemplar, pese a todo, como una ocasión, como una opción más para acercarnos a lo que justifica nuestro paso, su ritmo, sus determinaciones, su sentido… Seamos cómplices comunicativos en la búsqueda del conocimiento. Las consideraciones que nos han de abrir los corazones de par en par se sabe donde comienzan. El final lo hemos de poner nosotros. La base de toda comunicación pasa por un buen fin, por una mejor intención, compartida, claro.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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2 comentarios:
Hola, Sr. Juan Tomás.
Soy una chica de Murcia, gran admiradora suya!Me parece usted una persona muy agradable, aunque no lo conozco en persona (cosa que me gustaría),y aunque tengo 21 años, me acuerdo mucho de cuando usted presentaba el informativo regional en la primera a eso de las 14h. Además, me gusta mucho el mundo de la comunicación, estoy estudiando Filología Inglesa pero después quiero hacer Periodismo, me encanta!!
¡¡Enhorabuena por este estupendo blog!!Ojalá algún día pueda conocerlo en persona!
Un saludo
Me halagas, compañera. Gracias por tus palabras. Pues confío en que las aulas de Periodismo te vean pronto. Cuídate mucho.
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