Nos rescatamos
con amor, con deseos puros,
con la nobleza de esos actos
que nos mantienen
en la legitimidad más íntima.
Somos esa roca flexible
que vive el amor
y algo más
con gozo y complacencia,
sabiendo que podemos ser felices
en este tránsito de amistad completa,
que servirá de base
para una serenidad aprendida.
Nos libramos de la soledad,
del hastío y de las vanas promesas.
Se nota el nuevo día.
J.T.
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