Cobijemos esos anhelos que nos pueden hacer superar las imperfecciones en las que nos podamos mover. No reiteremos los errores, que sólo nos hacen pervivir en las creencias más inhóspitas y estériles.
Cuajemos las emociones con unas verdades que no deben únicamente insinuar las perfecciones que buscamos, sino que más bien han de proteger los intereses comunes, los nuestros y los de otros. No mal-tomemos esa etapa que nos pudo dar el ritmo más defendible.
Las preferencias de otras singulares caricias han de ser las opciones con las que animarnos en el día a día. Todo ha de ser filtrado con las pretensiones más útiles. Lo que fue volverá a ser, si sabemos defenderlo con gracia y con garbo. No paremos en la noche que antes tuvo tiempos peculiares.
Actuemos con las preguntas acertadas, buscando respuestas, señalando el motivo y el raciocinio en la suficiencia que otras veces entendimos. No nos hagamos fracasar sin haberlo intentado antes.
La existencia nos oferta ocasiones que no siempre contemplamos como tales. Suponemos que ello se debe a las prisas, aunque es posible que no seamos ver, o no queramos... Hemos de dedicar el tiempo necesario a conocer lo que sucede, a entender algunos porqués. El objetivo es, ha de ser, mejorar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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