lunes, 14 de julio de 2014

Tendemos al abrazo

Subimos
a ese punto de la vida
que nos añade
consideraciones de paz,
entre concordias
que nos declararán un deseo mayor,
casi único, sensacional.
Nos debemos dar mucho cariño.

Nos emocionamos
con la voluntad de estar
donde las claridades son menores,
o puede que más altas,
con vínculos de puro amor.
Nos sobreponemos
de modo natural, sin conflictos.

Registramos un afán
de superación,
y nos enganchamos
a la misma emotividad
con brillos que sugieren
la resolución más linda
y hermosa, vibrante.

Tendemos al abrazo,
y eso, en sí, es bueno,
muy bueno.

Juan T.


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