Preñamos el día
de funcionalidad,
y sabemos que para que sea
verdadero y único,
único y estandarte
de la felicidad reiterada,
hemos de apostar igualmente
por lo subjetivo,
aunque perdamos en lo inmediato.
Cambiemos, por ende, algunas tornas,
y figuremos en el comienzo
de una diversión
que nos prometa enseñarnos
el afán mayor
con un contraste de pareceres.
Sugerimos, por el querer,
estancias equilibradas
para dar con los ganadores
de un sistema
que nos avanza
qué desarrollar y cómo.
Nos hemos enseñado
a litigar con la fuerza
que fue y será.
Eres la fe de mis entrañas,
la de mis predecesores y venideros.
Y lo más importante:
eres real.
¡Preñemos el día!
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario