Levanta el día
con sus intenciones,
y nos dice
que podremos estar
donde decidamos.
No hay ni fracasos
ni olvidos.
Todo es reciente, nuevo,
y amor
con importaciones
de tenues abrazos
convertidos en franqueza
y cariño supino.
Nos pedimos seguir,
y ahí estamos
entre recovecos
del alma
que todo lo afirman
y todo lo señalan
para amar
y presentarnos con bondad,
para situarnos en la vida misma.
Levanta el día,
y en él nos ubicamos los dos.
¡Nos hallamos mejor que nunca!
Juan T.
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