Comprendemos
que la vida tiene dirección definida
en la medida del amor
que somos capaces
de fomentar con equilibrio.
Lo entendemos,
pero lo practicamos lo justo.
Nos decimos
que falta tiempo,
que no hay talento,
que no damos con la persona
adecuada y comprensiva,
y seguimos con un derecho
no ejercido,
que, por lo tanto, no existe.
Cantamos excelencias
que no experimentamos,
y no precisamente por carencia de sabiduría.
Sabemos estar al lado con energía,
pero los destellos
no siempre llegan.
Lo comprendemos,
pero nos falta poner en práctica
la sabiduría real
para ser realmente sabios.
¿Ansiamos entenderlo?
Juan T.
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