Nos miramos con la intención puesta en el destino. Nos hemos subrayado con creencias que nos mantienen con recuerdos claros.
Nos damos las novedades que nos infieren con tejidos que suman desde la existencia más querida. Nos dejamos llevar.
Hablamos desde el amor que nos activa y que nos invita a mirar el futuro con reglas de honorabilidad. Nos cuajamos de amistad.
Debemos vivir en esas situaciones temporales que recogen las mieles de un porvenir compartido sin anticipaciones. No variemos en exceso.
Nos hemos de dar las causas que son amistades densas, y con caricias que nos han de transportar hasta la máxima voluntad de amar. Nos tendremos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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