Consultemos
lo que sentimos
antes de decir
te quiero,
y luego sigamos,
si hay verdad en las palabras,
el compromiso no escrito
con nosotros mismos en pos de la felicidad,
a la que tenemos derecho.
Prediquemos
con modelos y ejemplos
que nos traigan
con normas que dicten un adiós
de presentaciones seguras.
Subamos a la terraza
donde compartimos
el mundo en el que estamos
sin reservas, siendo lo que experimentamos.
Vamos a tomarnos
el mejor respiro,
y naveguemos en el barco
de la pasión útil.
Cronos está de nuestro lado.
Juan T.
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