Eres la causa primera,
la principal,
el destino de un tren
que viaja tranquilo.
Nos soñamos
con reglas de oro
que nos previenen
e indican hacia dónde marchar.
Mantenemos las voluntades
con una receta
que nos preña de oportunidades,
que tenemos con amor.
Damos las gracias.
Lo tenue nos transforma,
y somos en lo conocido
y en lo ignoto también.
Tenemos mucho recorrido,
y nos sabemos salvados
en un sueño maravilloso
que coloca los hitos
en los que hemos de emplazar nombres,
el tuyo y el mío.
Sueña otra vez.
Soñemos juntos.
Juan T.
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