Aplaudo
tu cortesía,
ese talante
con formas bellas,
pero aguardo
ese lado salvaje,
correcto todo él,
pero sumido
en el caos
que precisa,
para recomenzar,
este amor nuestro,
parado en ese instante
de cobardía
que no recordamos,
que no nos atrevemos
a rememorar.
Rompamos moldes
y seamos libres,
y, en esa libertad,
de nuevo felices.
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