martes, 31 de agosto de 2010
Entusiasmo excesivo
Asaltas mi corazón con dudas que me ofertan una callada con respuesta variopinta. Nos entusiasmamos en exceso.
Con razones sobradas
Amores que van y que llegan con unas sombras que no son dudas. Hemos avisado con razones sobradas.
Nos dirá qué hacer
No me digas todo con un planteamiento mágico. Hemos adecuado una razón que nos dirá qué hacer.
Con lo ideal
Nos comentamos esos anhelos que nos llevan donde el porte es magnífico. Hemos dado con lo ideal.
Pura evolución comunicativa
El progreso es vida, es una necesidad, es lo que nos permite ver que existimos con unas motivaciones ciertas. Así, pues, expandamos y exprimamos las sensaciones y los mensajes sobre los hechos, eventos y apreciaciones del contexto en el que nos movemos. Vayamos tras lo interesante con ese valor que nos ha de añadir la evolución más jovial y menos triste. Tengamos esa fiesta que nos agradece el deseo sin precipitación. No pongamos en tela de juicio ese afán que nos ha de nutrir con ese camino de esperanza que en otros tiempos se vio como vencida. Nos hemos de poner en la brecha que recoge las mejores mieles de un triunfo importante en el ámbito personal, el que más nos debe interesar.
Respondamos con los entusiasmos de anteriores separaciones que nos han de preferir en la noche de esos cuatro tiempos que nos han de dirigir el ánimo menos diferenciado. Nos hemos de divertir. Nada ha de faltar ahora que el reclamo es de pensamiento alegre. Cada cosa es en la noche de unos tiempos que se han de poner en el cruce de caminos y de pensamientos con deseos nada figurados.
Las consumaciones de años que se fueron se quedan en ese trance que es molino de viento con el humor bien gustoso. No hemos agotado los momentos, ni lo esfuerzos, ni las entradas hacia esa versión que nos recorrerá el alma con un consejo medio sencillo, conclusivo con y en sus enterezas más defendibles. Hagamos elegantes los momentos propicios de siempre.
La vida nos marca trayectorias con las que hemos de aumentar las expectativas de vidas serenas. Divisamos procedimientos con los que nos asaltan tantas dudas como podemos manifestar cuando las cosas se enseñan con sus respuestas menos graves. No hemos asumido lo que tiene directrices de perdones para asumir los tiempos que hemos de emplear para saber un poco más de las opiniones y de las experiencias de los demás.
Generemos espacios para vivir. No hemos de dejar en otra parte lo que es suposición con una verdad de deleites relativos. No vayamos donde nos hemos de quedar sin suficiente energía. La vida nos ha de convencer de los aspectos más deseables. Regalamos la calma como un objetivo básico para que todo permanezca encima de esas ruedas que nos han de defender con sus recreaciones anteriores, que eran formidables. Más lo serán con los diversos canales comunicativos. Creemos y recreemos la ilusión por lo que es el aprendizaje en estado de pura evolución, que ha de ser con las menores fricciones posibles. Vivir es transformarnos en la creencia de que podemos aportar a los otros, y que los otros nos pueden ayudar en nuestros sucesivos pasos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Respondamos con los entusiasmos de anteriores separaciones que nos han de preferir en la noche de esos cuatro tiempos que nos han de dirigir el ánimo menos diferenciado. Nos hemos de divertir. Nada ha de faltar ahora que el reclamo es de pensamiento alegre. Cada cosa es en la noche de unos tiempos que se han de poner en el cruce de caminos y de pensamientos con deseos nada figurados.
Las consumaciones de años que se fueron se quedan en ese trance que es molino de viento con el humor bien gustoso. No hemos agotado los momentos, ni lo esfuerzos, ni las entradas hacia esa versión que nos recorrerá el alma con un consejo medio sencillo, conclusivo con y en sus enterezas más defendibles. Hagamos elegantes los momentos propicios de siempre.
La vida nos marca trayectorias con las que hemos de aumentar las expectativas de vidas serenas. Divisamos procedimientos con los que nos asaltan tantas dudas como podemos manifestar cuando las cosas se enseñan con sus respuestas menos graves. No hemos asumido lo que tiene directrices de perdones para asumir los tiempos que hemos de emplear para saber un poco más de las opiniones y de las experiencias de los demás.
Generemos espacios para vivir. No hemos de dejar en otra parte lo que es suposición con una verdad de deleites relativos. No vayamos donde nos hemos de quedar sin suficiente energía. La vida nos ha de convencer de los aspectos más deseables. Regalamos la calma como un objetivo básico para que todo permanezca encima de esas ruedas que nos han de defender con sus recreaciones anteriores, que eran formidables. Más lo serán con los diversos canales comunicativos. Creemos y recreemos la ilusión por lo que es el aprendizaje en estado de pura evolución, que ha de ser con las menores fricciones posibles. Vivir es transformarnos en la creencia de que podemos aportar a los otros, y que los otros nos pueden ayudar en nuestros sucesivos pasos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Periodismo: responsabilidad y soluciones
El periodismo es un oficio, una profesión que ha consolidado los mejores valores de las sociedades democráticas, en las cuales se erige como uno de sus sustentos principales. Sin su ejercicio libre no podemos hablar de la consabida pluralidad y de las libertades que precisa una sociedad autónoma y madura. Es cierto que los actuales problemas de la profesión, por la responsabilidad que alberga, por las condiciones que defiende y que vive, merecen una pronta solución, en la idea de que todos saldremos ganando, los periodistas y la ciudadanía en general. Precariedad, bajos salarios, falta de medios humanos y una transformación de las rutinas y métodos de trabajo con la incorporación de las nuevas tecnologías conviven con los tradicionales manuales que nos insisten en que hemos de tener tiempo para acudir a varias fuentes y para consolidar todos los derechos de manera ponderada. En ese tránsito nos encontramos, y sobre él debemos realizar lecturas e interpretaciones que tengan las visiones del conjunto de la sociedad, que es la depositaria primigenia del derecho a la información. La pasión no ha de faltar en esa búsqueda del fortalecimiento del papel del periodista. Hallamos en él relevancia, encontramos problemas, y, sobre todo, hemos de dar con soluciones.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Ante las fieras
Tendremos que ir con ese rodeo que nos amansará ante las fieras que nos corregirán las trayectorias.
En el retorno
Cuajamos deseos con una paz que nos encumbra con alturas sin miradas ajenas. Nos hemos consumido en el retorno.
Sin reformas
Eres mi medida. Hemos dosificado todos los ámbitos. Nos mantenemos sin reformas sustanciales. Amar es el todo.
De belleza infinita
Nos hemos puesto en ese sitio que nos regala consecuencias que nos encuadran en los marcos de belleza infinita.
Cuando miro
Nos hemos dado esos pagos que nos resaltan las confianzas que ya no arriesgan como al principio. Me miro y te veo; te veo cuando miro.
Comunicaciones insistentes
Nos disponemos con unas consecuencias que nos traen insistentes comunicaciones que nos incluirán donde haga falta.
Enganchados
Nos hemos dado una formalidad que reviste parte de ese encuentro que nos enganchará con las mejores negociaciones posibles.
Amores sin tensiones
Nos sentimos parte de esa estructura que hemos gestado entre los dos. Nos regalamos con limpiezas de espíritu. Los amores nos quitan tensiones.
Las llaves de la experiencia
Eres ese objetivo que nos ha de endulzar con unas expresiones que nos consolidan con mucha jovialidad. Nos damos bases para que todo marche bien. Nos damos las llaves de la experiencia.
Cariños rosados
No podremos ponernos en ese punto que nos señalará con sostenimientos supuestos entre conformaciones que cooperan con cariños rosados.
Amores exprimidos
Llevamos el futuro y sus deseos con unas graciosas experiencias que nos combinarán con amores exprimidos.
Figuraciones relevantes
Sinceramos los corazones con unas consecuencias que nos obtienen en el final que ya no complementa los instantes de las figuraciones relevantes.
Momentos que narramos
Creo que tenemos mucho que decir ahora que nos experimentamos con actividades inusitadas. Nos hemos ganado con momentos que ya narramos.
Confianzas eternas
Respondemos con unas simbologías que se sustentan en los amores más relevantes. Nos conseguimos con confianzas eternas.
Fin y comienzo
Eres ese amor que nos enseña a vivir en las noches menos consecuentes. Nos abrazamos para poner fin y comienzo.
Los ojos que brillan
Serenamos los momentos con claros que nos iniciarán en los momentos más estimados. No negociaremos sin mirarnos a los ojos, que ya brillan.
Deseos y realidad
Saludamos esos momentos que nos hicieron resistentes. Nos hemos contado esos deseos que se harán realidad.
Amor en los corazones
Eres ese puro deseo que nos sube con relaciones más que queridas. Tendremos que retornar con el amor en los corazones.
No te diré adiós
Vivimos esas autonomías que nos generan consecuencias con claves que nos superan. No te tendré que decir adiós.
Nos uniremos totalmente
Nos conseguimos con criterios que nos portarán hacia destacados sellos con los que nos uniremos totalmente.
Todo para mí
Retornaremos con disputas que sonarán con movimientos que nos ven con transformaciones sinceras. Eres todo para mí.
De la manera debida
Eres tranquila, y eso me ayuda para que la amistad que nos profesamos vaya funcionando de la manera debida.
Cima de los sentimientos
Me regalas un adecuado margen con el que nos podremos ver en esa cima de los sentimientos.
Responsables
Padecemos advertencias propias que nos desvían con querencias que nos hacen responsables. Nos destacaremos idearios nuevos.
Pactos para siempre
Nos agarramos a esos soportes que nos insertan en esos sueños que sirven de pactos para siempre.
Tendremos que ir
Me acerco a tu vera con una festividad que me envuelve con sus sensaciones más debidas. Tendremos que ir.
Laboramos
Compatibilizamos los sentimientos que destacan los aromas de estimaciones no fingidas. Nos seguimos. Laboramos los amores.
Nos queremos disfrutar
Nos regalamos consultas con negaciones que han de ver con razones más que queridas. Nos queremos disfrutar.
Medio a ciegas
Nos alojamos en corazones ajenos. Nos evitamos con faltas que serán con citas medio a ciegas.
Paradas y arranques
Quedaremos con otras contemplaciones. Hemos presentado respetos que nos motivan con paradas que serán arranques.
Nos iniciamos
Salimos y entramos con una cierta fuerza en ese mundo de sueños que nos aclaran los conceptos de antaño. Nos iniciamos los unos con los otros.
Ideas variables
Nos siguen con bases que nos aclaran qué podríamos hacer. Nos hemos insistido con variables ideas.
Nos deja seguir
Permanecemos sin ver lo que nos podría dar una cierta salvación con una estabilidad que nos deja seguir.
Lo importante
Podemos hablarnos con definitivas caricias que nos explican lo similar. Lo importante queda atrás.
Nos ocupamos
Caemos. Nos levantamos. Hemos conseguido que todo vaya mejor. Nos ocupamos de lo que sentimos.
Hacer lo suficiente
Conformamos otra realidad, que puede que sea la misma. Nos quejamos sin hacer lo suficiente. Debemos.
lunes, 30 de agosto de 2010
De amistades profundas
Me inserto en tus querencias con unas voluntades que nos alcanzan con esos deseos de amistades profundas.
Recordamos
Recordamos. Hemos sido con victorias relativas. Nos conseguimos poco a poco. La vida resalta lo mejor.
Sentimientos adaptados
Todo es sabor y deseo en esta nueva vida que nos atrae a formas casi olvidadas. Nos hemos tenido bien. Adaptamos los sentimientos.
Los momentos buenos
Recogemos esos anhelos que me saben a glorias finitas que me ponen entre brechas que me dificultan los momentos buenos.
Nos hemos acercado
Tentamos ese silencio, y hablamos. Decimos sentimientos que dan miedo. Nos hemos acercado mucho.
Puras pasiones
Juntemos esos deseos y seamos en la sensatez del brillo eterno. Nos comunicamos con puras pasiones.
Los que son
Me apasionas con ese hábito que son maneras que no voy a cuantificar. Los momentos son los que son.
Vacío existencial
Nos hemos reclamado intereses que nos apuestan con resúmenes rotos por el vacío existencial.
De los sueños
Nos encendemos entre memorias que nos sostienen con pesares ocultos. Nos hemos enamorado de los sueños.
Donde apunta la comunicación
Indiquemos sin rubor los aspectos más básicos de la existencia en comunicación. Seamos más fuertes con ella. Apostemos sin dudarlo por la comunicación sin ambages, sin vericuetos, auspiciando las mejores imágenes. Sorprendemos a los corazones con heridas que nos definen como lo que podría ser y no será en los cansados caminos de unas historias que no terminan de complementarse como nos gustaría. Las astucias del pasado nos colocan entre premisas que son condiciones sin temores de factura cuajada. Hemos suspendido las señas que antes fueron identidades.
Las causas son divertimentos que nos ofrecen los cálidos abrazos de quienes vuelven con el umbral pasado de rosca. No hemos callado en esos instantes que tocaba aprender, pero lo haremos ahora en un intento tardío de hallar respuestas a las dudas del corazón que antes voló. Nos tendremos que ver en el pasado. Las existencias se llenan de flores.
Las controversias de los años mozos nos divierten con esas empatías que fueron eficaces en los lances de unas etapas que dieron con los regustos más entusiastas. No perdamos las originalidades que fueron superaciones de enorme calidad. Nos consultamos con corazas que caracterizan con ausencias que no están a la orden de un día de preñadas ocasiones que no surtirán los efectos de otras veces. Vamos a ver las diversiones: con ellas somos más.
Estamos en unas etapas de soledades que nos desafían con sus lustres y brillos más estimados. No navegamos por esas aguas a las que nos habíamos acostumbrado. Los pacientes de otros hospitales nos vienen con nostalgias y romanticismos. Nos tendremos que avisar en los inicios de actitudes que hemos de consolidar. Las travesuras nos han hecho daño, y ahora nos tenemos que convencer de las tesituras que tuvieron unas corduras que finalmente nos descalabran. De ello también aprenderemos.
No hemos visto lo que sucede en un negocio que está pendiente de definir. Nos gustan los complementos más pequeños con sus atenciones más recreadas. Nos damos unos apaños que han de deleitarnos cuando menos los conozcamos. Los momentos llegan cuando son. El destino queda por alguna parte, y con buena intención lo hemos de escuchar. Sepamos lo que nos dicta el corazón, aceptando, sin tomar al pie de la letra, sus peticiones. Pongamos a continuación en marcha el crono con sus misiones. Hay direcciones que la comunicación señala, y que, cuando menos, hemos de investigar. Mucho podremos aprender si andamos con el espíritu presto a ello. Los indicativos han de ser tenidos en cuenta para que podamos decir que aprovechamos el tiempo y sus recursos. Que así sea.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Las causas son divertimentos que nos ofrecen los cálidos abrazos de quienes vuelven con el umbral pasado de rosca. No hemos callado en esos instantes que tocaba aprender, pero lo haremos ahora en un intento tardío de hallar respuestas a las dudas del corazón que antes voló. Nos tendremos que ver en el pasado. Las existencias se llenan de flores.
Las controversias de los años mozos nos divierten con esas empatías que fueron eficaces en los lances de unas etapas que dieron con los regustos más entusiastas. No perdamos las originalidades que fueron superaciones de enorme calidad. Nos consultamos con corazas que caracterizan con ausencias que no están a la orden de un día de preñadas ocasiones que no surtirán los efectos de otras veces. Vamos a ver las diversiones: con ellas somos más.
Estamos en unas etapas de soledades que nos desafían con sus lustres y brillos más estimados. No navegamos por esas aguas a las que nos habíamos acostumbrado. Los pacientes de otros hospitales nos vienen con nostalgias y romanticismos. Nos tendremos que avisar en los inicios de actitudes que hemos de consolidar. Las travesuras nos han hecho daño, y ahora nos tenemos que convencer de las tesituras que tuvieron unas corduras que finalmente nos descalabran. De ello también aprenderemos.
No hemos visto lo que sucede en un negocio que está pendiente de definir. Nos gustan los complementos más pequeños con sus atenciones más recreadas. Nos damos unos apaños que han de deleitarnos cuando menos los conozcamos. Los momentos llegan cuando son. El destino queda por alguna parte, y con buena intención lo hemos de escuchar. Sepamos lo que nos dicta el corazón, aceptando, sin tomar al pie de la letra, sus peticiones. Pongamos a continuación en marcha el crono con sus misiones. Hay direcciones que la comunicación señala, y que, cuando menos, hemos de investigar. Mucho podremos aprender si andamos con el espíritu presto a ello. Los indicativos han de ser tenidos en cuenta para que podamos decir que aprovechamos el tiempo y sus recursos. Que así sea.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El corazón de la comunicación
La comunicación ha de tener coraje, comunión afectiva, raciocinio, ilusión. Hagamos acopio de los mensajes que nos lanza la memoria, que nos rescata recurrentemente. Desgastamos los pies esperando milagros que nos conduzcan por caminos que esperan en el punto, donde el traslado puede ser inminente. Nos aguardan las caricias con los tonos de amores intensos. No sabemos ese porqué que nos llena de un cierto orgullo por lo que pudo ser y no fue. Nos quedamos en un nuevo comienzo que nos traslada hacia donde la vida nos oculta su peor cara, que, en todo caso, hemos de mejorar.
Los comentarios de nuestros corazones nos llevan por dudas que nos ensalzan los motivos que fueron trances en otros desvelos. Hemos cuajado la existencia con un afán de superación. Nos tendremos con ese dolor que nos sacará de las sendas de otras trayectorias que fueron gozos en los tediosos momentos de la libertad que no ha sido justificada lo suficientemente. Merece la pena el esfuerzo de explicación y de defensa de una aguerrida afición por la paz.
Nos hemos intentado quedar en esa esquina que es amor por el defendido momento de una relajación sincera. Hagamos con honor lo que con honor aparece en un instante medio apasionado. Las certidumbres no lo son tanto cuando las amatorias caricias nos incluyen en la realización de catálogos que ni abrimos. Hemos amamantado situaciones que hemos de despejar con sus incógnitas maleadas.
Las versiones de otras etapas nos influyen con sus mercados e historias. Las islas se quedan sin puntos de cabotaje y de anclaje. Hemos olvidado los favores de aquellos momentos vencidos por el hastío y la memoria que no es. Las conclusiones nos ofertan cambios, muchos cambios, todos los de ese universo que discurre con un clamor por la paz.
Ganamos en responsabilidad con términos que nos dan derechos que son funciones en los casos menos apetecidos. Singularizamos los destellos que son paces en los comienzos que nos condenaron a perpetuidad. Hemos simpatizado con multitud de charlas nada convencionales. Nos hemos animado con unos clasicismos que nos disponen los papeles de las memorias. Ganaremos sin ganar, sin estar solos, que no queremos estarlo. Quedan estas sugerencias, y otras que daremos más adelante. De momento confiemos en la memoria y en optimizar aquello que hemos hallado más positivo. Comunicar con el corazón puede ser una gran ventaja, la ventaja, que hemos de saber utilizar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Los comentarios de nuestros corazones nos llevan por dudas que nos ensalzan los motivos que fueron trances en otros desvelos. Hemos cuajado la existencia con un afán de superación. Nos tendremos con ese dolor que nos sacará de las sendas de otras trayectorias que fueron gozos en los tediosos momentos de la libertad que no ha sido justificada lo suficientemente. Merece la pena el esfuerzo de explicación y de defensa de una aguerrida afición por la paz.
Nos hemos intentado quedar en esa esquina que es amor por el defendido momento de una relajación sincera. Hagamos con honor lo que con honor aparece en un instante medio apasionado. Las certidumbres no lo son tanto cuando las amatorias caricias nos incluyen en la realización de catálogos que ni abrimos. Hemos amamantado situaciones que hemos de despejar con sus incógnitas maleadas.
Las versiones de otras etapas nos influyen con sus mercados e historias. Las islas se quedan sin puntos de cabotaje y de anclaje. Hemos olvidado los favores de aquellos momentos vencidos por el hastío y la memoria que no es. Las conclusiones nos ofertan cambios, muchos cambios, todos los de ese universo que discurre con un clamor por la paz.
Ganamos en responsabilidad con términos que nos dan derechos que son funciones en los casos menos apetecidos. Singularizamos los destellos que son paces en los comienzos que nos condenaron a perpetuidad. Hemos simpatizado con multitud de charlas nada convencionales. Nos hemos animado con unos clasicismos que nos disponen los papeles de las memorias. Ganaremos sin ganar, sin estar solos, que no queremos estarlo. Quedan estas sugerencias, y otras que daremos más adelante. De momento confiemos en la memoria y en optimizar aquello que hemos hallado más positivo. Comunicar con el corazón puede ser una gran ventaja, la ventaja, que hemos de saber utilizar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Soluciones con afectos
Hemos nacido de nuevo. El amor que nos saca del hastío nos propone un camino de soluciones con afectos.
Lugares resaltados
Nos centramos en otras causas. No hemos dado con las insistentes caricias que nos ponen en lugares resaltados de verdad.
Para nuestra relación
Te tengo que esperar todos los días, y eso me encanta. Me agrada saber de tus conclusiones que son fundamentos para nuestra relación.
Señales queridas
Nos mostramos con razones variadas. Nos damos los consentimientos que nos resuelven las garantías más ciertas. Nos exigimos señales queridas.
No siempre ayudan
Cruzamos por mundos que nos ganan. Los lamentos nos indican qué hacer, pero no siempre ayudan.
Toques complacientes
Nos hemos visto con unos aspectos interiores que nos activan con sus toques más complacientes. Nos defendemos. Hemos dado con las verdades que nos ponen en nuestro sitio.
Complacencias doradas
Los momentos son aprovechados mientras nos hacemos unos casos que nos pueden con sus complacencias doradas.
La razón del amor
Tenemos que aguardarnos cada día. Hemos adivinado la suerte que nos puede. Nos indicamos la razón del amor.
Como si nada ocurriera
Respondemos con negaciones. Hemos caído, y nos hemos levantado. Lo ideal es seguir como si nada fuera, como si nada ocurriera.
Los idiomas de antaño
Te doy las gracias por las opciones que me resuelven algunas dudas. No hemos dado con los idiomas de antaño.
Nos contactamos
Imaginamos. Somos con excelencias que nos ponen en lugares de siempre. Hemos sido. Morimos y ganamos en otros lugares. Nos contactamos.
No con otras cuestiones
Rastreo tu corazón. Hemos consolidado las vidas. Nos alzamos con las noches eternas. No daremos con otras cuestiones.
Inicios fáciles
Continuamos con impresiones que nos quitan y nos ponen con penitencias que nos ganan con inicios fáciles que se complicarán.
Los sentimientos de siempre
Estimamos las investigaciones de quiénes somos con estimaciones que consultan los sentimientos de siempre.
De otras maneras la vida
Nos hemos consolidado con reales suposiciones. No hemos sido en esa vida de otras maneras.
Nos vemos con cariño
Atiendes mi corazón con unos vientos que me devuelven a los mismos comienzos. Nos negamos algunas capacidades. No hemos dado atenciones reales. Nos vemos con cariño.
Sin lo bueno
Eres mi discurrir más ansiado. Nos asolan los que vienen con esencias que nos pueden. Nos quedamos sin lo bueno.
La realidad no nos ha tocado
Tenemos que vivir en los sueños de siempre. No hemos golpeado con la realidad, que apenas nos ha tocado.
Amores que no existieron
Aumentamos con esos anhelos interiores que nos trasladan con simulaciones de amores que no existieron.
Con amores resueltos
Subimos escaleras que nos ponen en nuestro sitio. Nos hemos dispuesto con amores resueltos.
Pulso de jovialidad
Averiamos los corazones, que se quedan sin conciencia de lo que fueron. Las memorias fallan. Nos tomamos ese pulso de jovialidad.
Resuelven emergencias
Nos asistimos con unos traslados que nos alteran y complementan con emergencias que nos resuelven.
Razones otorgadas
Nos atendemos con unas adicciones que nos mantienen entre protecciones que no se ven. Hemos sido. La vida nos otorga razones.
Inclusiones concienciadas
Los años nos siguen con sus apuestas que nos incluyen en sitios que nos aderezan con sus inclusiones más concienciadas.
Relaciones fundadas
Iré, y te diré, y te contaré, y te señalaré esa convocatoria de abrazos sempiternos. Nos damos relaciones fundadas.
Señales intuidas
Te veo con esos aspectos que me incluyen en unas veredas por las que caminamos juntos. Nos recibimos con señales intuidas.
Ambiciones y respetos
Disponemos anhelos que nos protegen. Hemos sido. La vida nos regala ambiciones que nos infunden respestos.
Con los que podremos ganar
Todo gana con trámites que no podemos computar. Nos hemos dado ruidos con los que podremos ganar.
Me duele
Tendremos que consumir la jovialidad que nos confunde. No podemos comunicarnos con nosotros mismos, y eso me duele.
Más allá se proyectarán
Nos definimos en esas frases que nos gustan con actividades que se proyectarán mucho más allá.
Nos sabemos queridos
Reconozco tu corazón después de muchos años. Nos hemos visto en una tela de colores. Nos sabemos queridos.
Nos planificamos
No nos tendremos con unas escuelas que nos dirán si se puede o si no. Nos planificamos para vernos.
Celebraciones varias
Lo necesario nos apura con unas caricias que nos presienten con agravamientos que nos aclaman con celebraciones varias.
No lo comprendemos
Nos pensamos con diferencias que nos alquilan los modelos que no funcionan. No comprendemos al corazón.
Definir con lamentos
Vamos con unas prioridades que nos alteran sin respuestas ni propuestas que nos lleven con esos lamentos que nos han de definir.
Con efectividad
Resolvemos las experiencias con un toque de soledad que nos adivina las intenciones. Comenzamos con efectividad.
domingo, 29 de agosto de 2010
Consumidas en la razón
Nos complicamos con materias que nos proponen estancias raras, vencidas, consummidas en la misma razón.
No hacia ese lado
Prevenimos y curamos con un deseo que nos convierte en desiertos sin vida. No vayamos hacia ese lado.
Donde no debe
Tendremos que ofertar ese sí que nos condena en la espera que se confabula para estar donde no debe.
Confundidos, igual
Tendremos que estar con ese coraje que nos conmueve con sus torpezas más o menos repetidas. Nos hemos confundido, pero creemos que es igual.
La condición humana
Los olvidos son como son, duros, rápidos, conmovedores respecto de lo que es la condición humana.
Ganas destacadas
Vivimos el blando deseo que nos confunde con sus ganas más o menos destacadas. Tendremos que esperar.
Trasteos imponentes
Nos mostramos como somos en los sueños de antaño. La vida nos corrige con sus trasteos imponentes.
De otras caras
Te pones en ese umbral que nos acalora con sus disidencias poco calibradas. Hemos asumido las verdades de otras caras.
Lagunas y paciencias
Hemos predispuesto algunos caminos que nos llenan de honras sensatas. Nos convencemos de algunas lagunas que son paciencias.
Para elegir
Vayamos por ese postre que justifica lo que hemos comido mucho antes. Nos debemos analizar para elegir.
Nos sentamos
Me distraes con esos pasos de la memoria que me distinguen con sus gratas experiencias. Nos sentamos emocionados.
Discursos adecuados
Vencemos el deseo con más deseo, y eso neutraliza todo cuanto nos merece la pena. Hemos adecuado los discursos.
sábado, 28 de agosto de 2010
Magnificencia comunicativa
Los procesos comunicativos marcan mucho respeto, o deben, y hacen ostentación de una grandeza que debemos resaltar. El conjunto que es la comunicación admite todo, y todo muestra. Basculamos hacia las sensaciones que nos portan con objetivos diversos. Ganamos con presunciones que nos implican con unas noctámbulas conclusiones que nos invitan a adaptaciones de señales cortas. Los intereses de antaño nos ocultan las señales de un gozo que nos ha de introducir en la belleza con sus presiones, que ocultarán el todo.
Llevamos lo que nos consiente con sus reales caricias que son con unas voluntades que propician misiones que nos darán las prestaciones de inocentes suposiciones que han de dar con invenciones súper-colocadas en las conciencias de aquellos que han de ser la conjunción de una prevención con exclamaciones supremas. Garanticemos hasta donde podamos haciendo que las uniones nos aporten inteligentes dichas con sus prestaciones más señeras. Hagamos caso al corazón, que ha de saborear esa dirección que nos aporte aires de frescura.
Nos hemos de alimentar con esos egos que nos permiten llegar a donde el todo es prestación periódica con sus toques salubres. No hemos de estar siempre allanando los caminos. Hagamos que las actividades nos impriman las sensaciones suficientes para dar con las consumaciones de unas mentes abiertas y despiertas desde todo punto de vista. Separemos las partes con gallardía y galanteos.
Los procesos comunicativos se han de llevar a cabo con la magnificencia de quienes viven con la paz de unos ancestros menos mudados de piel. Superemos las astucias de quienes aparecen con las modalidades de esas propuestas que nos aligeran el destino con una convención serena y melosa. Desarrollemos la sabiduría con un “plasticismo” y con un carácter práctico que nos han de conmover. Hemos dado con los mensajes oportunos y claves. De lo que se trata ahora es de reconocer el pensamiento que totaliza y engloba a varios, a todos, y que es en la comunión planteada con suspiros y aportaciones aleccionadoras.
Lo hermoso aparece, y en ello estamos cuantos creemos y conformamos la realidad de las cosas, que superan los trances con esa maestría que acompaña a los años, con esa devoción que nos atañe con sus amargos y dulces comportamientos ante los diversos eventos de la existencia. De todo hay en este camino espléndido de la comunicación. Procuremos que descuelle lo bueno, todo lo bueno que hay. La magnificencia de la que hablamos no admite canjes inciertos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Llevamos lo que nos consiente con sus reales caricias que son con unas voluntades que propician misiones que nos darán las prestaciones de inocentes suposiciones que han de dar con invenciones súper-colocadas en las conciencias de aquellos que han de ser la conjunción de una prevención con exclamaciones supremas. Garanticemos hasta donde podamos haciendo que las uniones nos aporten inteligentes dichas con sus prestaciones más señeras. Hagamos caso al corazón, que ha de saborear esa dirección que nos aporte aires de frescura.
Nos hemos de alimentar con esos egos que nos permiten llegar a donde el todo es prestación periódica con sus toques salubres. No hemos de estar siempre allanando los caminos. Hagamos que las actividades nos impriman las sensaciones suficientes para dar con las consumaciones de unas mentes abiertas y despiertas desde todo punto de vista. Separemos las partes con gallardía y galanteos.
Los procesos comunicativos se han de llevar a cabo con la magnificencia de quienes viven con la paz de unos ancestros menos mudados de piel. Superemos las astucias de quienes aparecen con las modalidades de esas propuestas que nos aligeran el destino con una convención serena y melosa. Desarrollemos la sabiduría con un “plasticismo” y con un carácter práctico que nos han de conmover. Hemos dado con los mensajes oportunos y claves. De lo que se trata ahora es de reconocer el pensamiento que totaliza y engloba a varios, a todos, y que es en la comunión planteada con suspiros y aportaciones aleccionadoras.
Lo hermoso aparece, y en ello estamos cuantos creemos y conformamos la realidad de las cosas, que superan los trances con esa maestría que acompaña a los años, con esa devoción que nos atañe con sus amargos y dulces comportamientos ante los diversos eventos de la existencia. De todo hay en este camino espléndido de la comunicación. Procuremos que descuelle lo bueno, todo lo bueno que hay. La magnificencia de la que hablamos no admite canjes inciertos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
La travesía comunicativa
Crezcamos en expectación por aprender, por saber. Descorchemos los mensajes. El conocimiento es la máxima maravilla, es lo que deja huella. Los signos son así. Bordeamos esos límites que nos llevan a otras fronteras con las que poder ir creciendo. La vida tiene lo que tiene, que es mucho o poco según se mire. No abordemos cambios que nos descolocan con emociones poco simpáticas y poco apetecibles. No obstante, las tenemos que afrontar con la idea de que todo vaya mejorando hasta que demos con las soluciones y concordias de espacios acertados. No deambulemos por lugares descolocados.
Sellemos esas puertas que nos desatan momentos poco apacibles, y singularicemos esas señales de roca viva, de espacio sideral con resultados más que estimulantes y deseosos de mejoras en tránsitos sincretistas. Aproximemos lo que somos, lo que nos confiere una cierta estancia en el limbo placentero y dichoso. Nos hemos de establecer con esos rumbos sin agotados elementos finitos.
Tengamos esos tonos que nos saben a gloria, que nos invitan a tomar ese peso que antes nos supuso ansias de libertades sugerentes. No permitamos que las cosas se queden en árboles que no resuelven las miradas sobre unos bosques que han de solucionar las conclusiones más ínfimas. Nos hemos de decir lo que nos sabía en su momento a las correcciones más lindas y conformadas con las complicidades de ánimos correlativos. Busquemos los claros.
Señalemos los objetivos con atónitas y resplandecientes enseñanzas que nos han de dibujar el pasado con un presente litigador de los establecimientos más grandes. Nos hemos de consentir esos recortes que nos han de preferir con las faltas de criterios de antaño, que fueron, desde la experiencia, unos buenos baluartes. Tengamos en cuenta lo que nos llega.
Midamos las palabras con sus versiones más reducidas y sigamos con unas hermosuras que nos han de consolidar en los instantes de apasionamientos liberados. No pongamos tratamientos antes de tiempo. No disimulemos. Los resúmenes de siempre nos dan lo definitivo. Guardemos las mejores palabras para los mejores intentos, y, entretanto, no paremos en esas ansias de dar con las proporcionalidades de un sí que llega y que es. Aproximemos las mentes con esos lazos comunicativos que nos insertarán en la maravilla del conocimiento. Para saber la mejor travesía es con la comunicación sin disgustos. Las ocasiones se tercian de oro brillante. Busquemos matices predominantes.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Sellemos esas puertas que nos desatan momentos poco apacibles, y singularicemos esas señales de roca viva, de espacio sideral con resultados más que estimulantes y deseosos de mejoras en tránsitos sincretistas. Aproximemos lo que somos, lo que nos confiere una cierta estancia en el limbo placentero y dichoso. Nos hemos de establecer con esos rumbos sin agotados elementos finitos.
Tengamos esos tonos que nos saben a gloria, que nos invitan a tomar ese peso que antes nos supuso ansias de libertades sugerentes. No permitamos que las cosas se queden en árboles que no resuelven las miradas sobre unos bosques que han de solucionar las conclusiones más ínfimas. Nos hemos de decir lo que nos sabía en su momento a las correcciones más lindas y conformadas con las complicidades de ánimos correlativos. Busquemos los claros.
Señalemos los objetivos con atónitas y resplandecientes enseñanzas que nos han de dibujar el pasado con un presente litigador de los establecimientos más grandes. Nos hemos de consentir esos recortes que nos han de preferir con las faltas de criterios de antaño, que fueron, desde la experiencia, unos buenos baluartes. Tengamos en cuenta lo que nos llega.
Midamos las palabras con sus versiones más reducidas y sigamos con unas hermosuras que nos han de consolidar en los instantes de apasionamientos liberados. No pongamos tratamientos antes de tiempo. No disimulemos. Los resúmenes de siempre nos dan lo definitivo. Guardemos las mejores palabras para los mejores intentos, y, entretanto, no paremos en esas ansias de dar con las proporcionalidades de un sí que llega y que es. Aproximemos las mentes con esos lazos comunicativos que nos insertarán en la maravilla del conocimiento. Para saber la mejor travesía es con la comunicación sin disgustos. Las ocasiones se tercian de oro brillante. Busquemos matices predominantes.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Que no nos falten energías
Presumimos de unos entusiasmos que no son tales. Hemos de moderar los frenesís para que no nos falten energías un poco más tarde.
A mejores ejemplos
El pulso nos mantiene en un difícil equilibrio que hemos de apoyar con energías supletorias. Nos arrimaremos a mejores ejemplos.
Posibles gozos
Salen fechas que son ahogos en las cálidas noches de una visión que nos ha de ver como posibles gozos.
Nos falla algo
Rastreamos los corazones para no ver lo que nos ocurre. Nos falla algo, aunque no sé lo que es.
Inquietud
Temblamos, somos, pedimos, asomamos por las caras de monedas de siempre, y sembramos la inquietud con sus diversiones claras.
Con sus diversiones claras
Temblamos, somos, pedimos, asomamos por las caras de monedas de siempre, y sembramos la inquietud con sus diversiones claras.
Hasta la saciedad
Vencemos ese miedo que nos trastoca los planes con unos panes que se multiplican hasta la saciedad.
No esperamos otros instantes
Insistimos en lo que se puede hacer ahora que no damos con las preferencias de otros instantes. No esperamos.
Autonomías
Abaratamos los pasatiempos con unos consejos que se han de tomar con dosis de libertad. Las autonomías ayudan a que las cosas salgan bien.
Consienten otro deseo
Damos, somos, pensamos, acordamos, y nos volvemos con esas pláticas que nos consienten lo que podría ser otro deseo.
Cientos de certezas
Lo cierto nos conmueve con sus intenciones abiertas, con sus buenos amores y humores. Tendremos cientos de certezas.
Tampoco deberemos
Tenemos que intentar que las cosas vayan saliendo con esos aires de pura libertad. No podremos quejarnos. Tampoco deberemos.
Lo que se podría hacer
Superemos las atenciones con puras intenciones de gracias infinitas que nos comunican lo que se podría hacer.
Lo que se podría hacer
Superemos las atenciones con puras intenciones de gracias infinitas que nos comunican lo que se podría hacer.
Mitades que no atenderemos
Aterrizamos en la misma vida con unos objetivos que nos parten por cientos de mitades que no podremos atender.
No sé lo que veremos
Predecimos esos aires que nos incluyen en aspectos recios que también nos superan. No sé todo lo que veremos.
Conmueve la espera
Dibujemos ese umbral que nos aupe donde queremos estar. No fracasemos en la larga espera, que quizá conmueve mucho.
Las amistades que no lo son
Nos tenemos que entender con una visión globalizadora. No hagamos caso a las amistades que no lo son.
No en tiempo y forma
Todo nos recuerda a lo que pudimos ser. Ya sabemos que no apareceremos en tiempo y forma.
Tanteos desmemoriados
Dejamos claro lo que sentimos con una memoria que nos olvida con sus tanteos más desmemoriados.
Intenciones y ruido
Recogemos las mieles de un destino que nos pone a prueba con unas intenciones desgajadas del ruido.
Lo que nos complace
El frescor nos llena de diversiones con unas ciertas empatías por la mitad y por medio de lo que nos complace mucho más.
Otras distracciones
Tendemos a estar. Vivimos con la memoria un poco callada, cuando no cansada de tanto esperar otras distracciones.
Que no entendemos
Hemos advertido los trances que nos apartan de la victoria personal. Nos hemos congratulado por vencimientos que no entendemos.
Pérdida de lo inmediato
Hemos divisado respuestas que no podemos comprender. Lo que es inmediato se empieza a perder.
Dotes de magia
Intentamos que los gozos y las verdades de otros tiempos compungidos nos consuelen con sus dotes de magia.
No podremos gozar
Nos ganan las palabras con esa prontitud que nos resume esfuerzos con los que no podremos gozar.
Importa el espíritu
Tendremos que ir, que estar entre negociadores que buscan superficies por las que no debemos pugnar. Importa el espíritu.
Verdad prevista
Avisamos de las cuestiones que nos nublan la visión con sus costes menos conocidos. Hemos previsto la verdad.
Verdad prevista
Avisamos de las cuestiones que nos nublan la visión con sus costes menos conocidos. Hemos previsto la verdad.
Verdad prevista
Avisamos de las cuestiones que nos nublan la visión con sus costes menos conocidos. Hemos previsto la verdad.
Neguemos lo pequeño
Elegimos entre dificultades que hemos de superar con el mejor humor que podamos. Neguemos lo pequeño.
Hacia la misma nada
Manejamos momentos, especies de sensaciones que nos ocultan las razones con las que nos trasladamos hacia la misma nada.
Quedamos igual
Acertamos con lo que hacemos y con lo que nos negamos durante días. Los meses pasan y quedamos igual.
Cansadas palabras
Gestamos emociones que nos hacen liderar las previsiones de cansadas palabras con las que gozamos.
Determinados
Hemos vivido temores que nos hacen gozar sin ver lo que no ocurre. Nos hemos determinado.
Cuando no ven
No tendremos nada que corresponder en un ideal de vidas eternas que consuelan cuando no ven.
Penumbras calladas
Intentamos ser, vivir, corresponder con los gozos que son sombras entre linajes de penumbras calladas.
El sesgo de la verdad
Sobran las palabras hoy cuando todo parece tener lagunas y sentidos con unas bromas que parten con el sesgo de la verdad.
Resoluciones
Los pasatiempos nos ocultan los deseos en los que nos queremos mover con tránsitos de pensamientos extraños. No hemos dado con las resoluciones.
Creemos en las buenas palabras
Buscamos ese bloque de magia que nos señale las buenas palabras en las que creemos de algún modo.
Cuentos que no son
Vendemos la magia con un punto de buen humor. Nos hemos de aplicar cuentos que no son.
Compartir como sea
Aparezco con ese tono que será amor en el más destacado ámbito, que hemos de compartir como sea.
Que se sientan
Aprendemos de lo que sucede, de lo que nos envuelve con entusisasmo del bueno. Hemos buscado palabras que suenen, y lo que importa es que se sientan.
Las menos adecuadas
Complicamos el ser con una muestra de caricias y de cariños que nos hacen tomar las salidas menos adecuadas.
Puro deseo
Por ti soy todo, más que todo, eso y más, la vida misma, el amor, la voluntad, el puro deseo.
Más considerados
Hemos convenido mucho amor, más que eso, todo, lo mejor, lo cierto, lo que nos puede hacer más considerados.
Pasa la vida
Consentimos, complicamos, nos damos, volvemos, venimos, nos honramos en lo que es. La vida pasa.
Para no aparecer
Nos llenamos de ese orgullo que nos hace tomar un poco de aire para no aparecer en parte alguna.
Amemos
La pasión nos levanta con sus criterios honrosos. Hemos considerado lo que podríamos hacer, y lo llevaremos a cabo. Amemos.
El lado que nos vence
Nos convencemos con unas muestras de amores hermosos que levantan el ánimo con un poco de sensaciones. Nos hemos quedado en ese otro lado que nos vence.
viernes, 27 de agosto de 2010
Un precio que compartir
Tenemos un precio que compartir, que no es tangible, que no es material, que no es lo que se advierte con la lógica. Nos tenemos.
Afianzarnos
Juntamos esas piezas que se explican con símbolos de amistades genéricas. Nos presentamos con mucha crudeza. Tendremos que afianzarnos.
Superemos los miedos
Superemos esos miedos que no tienen fundamento. Hagamos que todo vaya, que todo sea, que podamos.
No nos quedemos lejos
Todo me sabe a ese trozo que nos tomará como risa y llanto al mismo nivel. No podemos quedarnos lejos.
Criterios para afianzar
Tiendo a llegar a ti con un anticipo que no me pertenece. Nos hemos asomado con criterios vacuos que nos han de afianzar.
No creemos igual
Mi ser se divierte con esos pasatiempos que nos nublan la vista. No miramos hacia el mismo lado. No creemos igual.
Nos enganchamos
Extremamos las precauciones, y por eso nos quedamos en una dura soledad. Nos enganchamos.
Es como es
Me distraes de lo que podría ser esencial, pero lo cierto es que la grandeza es como es, con sus pros y contras.
Esa confesión
Confieso que te quiero, y sabe a miel esa confesión que hace tiempo que quería sacar de mi corazón.
Levedad magistral
Te confieso esa levedad que me hace ser con una cautela medio magistral. Nos hemos sentido en plenitud.
Expandir estandartes
Tenemos que pensar en ese nosotros que gana estando más juntos, con todos los estandartes que podemos expandir.
Donde tenemos que estar
Intentamos tenernos con insistentes consideraciones que nos ponen donde tenemos que estar.
El valor del Periodismo
El Periodismo es puro compromiso. El deber de informar es un deber social, esto es, no es tan sólo del profesional ni mucho menos potestativo de un grupo o gremio. Su administración sí lo puede ser, pero no su posesión. La información pertenece a todos, a cada ser humano por el hecho de su misma naturaleza y condición. De ello se deriva su carácter esencial de cara a la comunidad, a la cual se ha de ofrecer en un afán de entrega. Hay una obligación con un recorrido de enorme responsabilidad. El periodismo de servicio es el periodismo de compromiso con la sociedad, que debe ver reconocidos sus derechos a estar bien informada, así como a recibir una conveniente formación, aparejada ésta de las oportunas dosis de entretenimiento que han de brindar los diversos medios de comunicación de masas. Todo se ha de presentar en armonía y equilibrio.
No olvidemos que hasta ahora las leyes han reconocido el valor de servicio público a la sociedad que tienen las empresas periodísticas. La base de ello es que el derecho a informar es un derecho de la ciudadanía, y lo que hacen los periodistas es recibir una especie de mandato tácito, como diría el maestro José María Desantes Guanter. Precisamente por ello el deber profesional para con la sociedad es mayor. También ésta, por otro lado, debe ser exigente en su cumplimiento.
El periodismo de servicio está en la misma base de la democracia, y por eso su reconocimiento es expreso en las Constituciones. Su presencia textual es por la necesidad de establecer garantías de defensa del resto de derechos fundamentales de la ciudadanía que necesita del cumplimiento del derecho a contar lo que sucede como base de que el sistema funciona, de modo que cuando no es así, cuando algo falla, cuando hay errores, intencionados o no, éstos han de ser denunciados y relatados.
Sin duda, el Periodismo presta una extraordinaria labor de servicio a toda la sociedad. Los medios de comunicación aportan diferentes hechos y aconteceres y desde diversas perspectivas, lo cual contribuye a generar lo que se conoce como opinión pública. Como no puede ser de otro modo, lo deseable siempre es la existencia de una pluralidad de medios y de visiones sobre lo que acontece. Ése es su ingente valor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No olvidemos que hasta ahora las leyes han reconocido el valor de servicio público a la sociedad que tienen las empresas periodísticas. La base de ello es que el derecho a informar es un derecho de la ciudadanía, y lo que hacen los periodistas es recibir una especie de mandato tácito, como diría el maestro José María Desantes Guanter. Precisamente por ello el deber profesional para con la sociedad es mayor. También ésta, por otro lado, debe ser exigente en su cumplimiento.
El periodismo de servicio está en la misma base de la democracia, y por eso su reconocimiento es expreso en las Constituciones. Su presencia textual es por la necesidad de establecer garantías de defensa del resto de derechos fundamentales de la ciudadanía que necesita del cumplimiento del derecho a contar lo que sucede como base de que el sistema funciona, de modo que cuando no es así, cuando algo falla, cuando hay errores, intencionados o no, éstos han de ser denunciados y relatados.
Sin duda, el Periodismo presta una extraordinaria labor de servicio a toda la sociedad. Los medios de comunicación aportan diferentes hechos y aconteceres y desde diversas perspectivas, lo cual contribuye a generar lo que se conoce como opinión pública. Como no puede ser de otro modo, lo deseable siempre es la existencia de una pluralidad de medios y de visiones sobre lo que acontece. Ése es su ingente valor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Enlazar con deseos y pasiones
Vivamos las emociones con unas cargas de premeditaciones en positivo. No hemos de dejarnos atrás las misiones que nos inculcan deseos y grandes pasiones que nos han de enlazar con los momentos más estimados.
Nos arreglamos
Enlazo con los trayectos que me portan donde todo tiene un poco más de sentido sin visceralidad. Nos arreglamos.
Bien comprendidos
Me despeño por una secuencia que es bruma en una gruta de amores sinceros y simpáticos. Nos hemos comprendido bien.
El amor que normaliza
Presumimos de altivas intenciones que nos han de arrimar a ese amor que todo lo normaliza. Te doy toda mi alma.
Logros inmediatos
Ultimamos algunos arreglos que nos prometen qué hacer, qué podemos asumir con esos logros inmediatos.
Ansias de libertad
Vencemos ese posible pudor ante las consecuencias de un enamoramiento que nos produce ansias de libertad.
Por las bonitas expresiones comunicativas
Utilicemos ese didactismo que prefiere y expande el cariño y el conocimiento desde la idea de la superación permanente. Prefiramos las mejores opciones, que son las que nos ofrece el conjunto de la sociedad, ésas que nos vienen de los intereses del conjunto. Nos sumergimos en un mundo de sugerencias que han de tocar esa música celestial con la que ir un poco más allá respecto de cuanto comprendemos. Las imágenes han de batir esos records de imparticiones que nos definirán con astucias sorprendentes. No nos cansemos de largas esperas ahora que todo puede solucionar, solventar, dulcificar, aspectos queridos y estimados desde consideraciones que todo lo han de implicar. La vida es entre superaciones.
Adoramos los instantes de superación, de ese brillo que se apartó de lo inocuo y de lo mate. Nos suscitamos instantes queridos con sueños sueltos de gozos que no se han de perturbar. Hemos imaginado que es posible mientras lo es con unas vertientes más o menos suspicaces ante lo que nos influye con características indomables.
Nominamos deseos con encuentros que nos han de abrigar esperanzas en instantes que nos harán subir un poco ese tendido de humor con el que hemos de poner salsa a las mismas comunicaciones que tanto nos gustaron y que tanto nos aportaron. No vivamos en interrupciones pendientes de carreras que han de tener de todo lo necesario excepto prisas. Hemos de aceptar lo que nos vaya sucediendo en la idea permanente de que podemos soslayar los obstáculos de esas fenomenologías que nos adecúan sin tener los suficientes espacios.
Pidamos imbricaciones en unas etapas de alternativas señalizadas con unas pretensiones de caricias que son, que pueden, que tienen, que propician, que otorgan y que nos invierten los procesos con insufribles peticiones que hemos de inventariar para dar con los lances novedosos. Nos hemos de contemplar todos los días.
Separemos los motivos principales de los que no lo son. Hemos avisado con resúmenes organizativos básicos con los que entroncarnos con las posibilidades que hemos de especificar con los universos más modernos como evolución, éstos, de aquellos que hemos considerado tradicionales. Podemos darnos las alas que necesitamos para transportar presencias y ausencias. Puede que las añoranzas no aporten nada, pero están ahí y nos recuerdan nuestros mejores semblantes humanos. Fomentemos las experiencias que nos dan buenas estampas con bonitas expresiones y comunicaciones. Son baluartes necesarios para todo cuanto nos ennoblece con una jovial mirada hacia dentro y hacia fuera.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Adoramos los instantes de superación, de ese brillo que se apartó de lo inocuo y de lo mate. Nos suscitamos instantes queridos con sueños sueltos de gozos que no se han de perturbar. Hemos imaginado que es posible mientras lo es con unas vertientes más o menos suspicaces ante lo que nos influye con características indomables.
Nominamos deseos con encuentros que nos han de abrigar esperanzas en instantes que nos harán subir un poco ese tendido de humor con el que hemos de poner salsa a las mismas comunicaciones que tanto nos gustaron y que tanto nos aportaron. No vivamos en interrupciones pendientes de carreras que han de tener de todo lo necesario excepto prisas. Hemos de aceptar lo que nos vaya sucediendo en la idea permanente de que podemos soslayar los obstáculos de esas fenomenologías que nos adecúan sin tener los suficientes espacios.
Pidamos imbricaciones en unas etapas de alternativas señalizadas con unas pretensiones de caricias que son, que pueden, que tienen, que propician, que otorgan y que nos invierten los procesos con insufribles peticiones que hemos de inventariar para dar con los lances novedosos. Nos hemos de contemplar todos los días.
Separemos los motivos principales de los que no lo son. Hemos avisado con resúmenes organizativos básicos con los que entroncarnos con las posibilidades que hemos de especificar con los universos más modernos como evolución, éstos, de aquellos que hemos considerado tradicionales. Podemos darnos las alas que necesitamos para transportar presencias y ausencias. Puede que las añoranzas no aporten nada, pero están ahí y nos recuerdan nuestros mejores semblantes humanos. Fomentemos las experiencias que nos dan buenas estampas con bonitas expresiones y comunicaciones. Son baluartes necesarios para todo cuanto nos ennoblece con una jovial mirada hacia dentro y hacia fuera.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Frescor comunicativo
Refresquemos las simbologías y sus contenidos. Hagamos que los mensajes sean dinámicos, vivos. La comunicación tiene muchos recorridos, de todo género, con inmensas posibilidades de ilustración y de incremento del conocimiento. Hay opciones, de todo tipo, de todo género, con vocaciones diversas, que nos llevan por senderos de posibilidades infinitas como la vida misma. Nos confundimos a menudo, pero, si tenemos el corazón abierto, hemos de ser capaces de afrontar los cambios con una serenidad dignas de encomio.
Naveguemos con el objetivo de corregir los golpes que a menudo nos da la vida y que, seguramente, tienen un carácter didáctico. No paremos. Las confluencias nos presentan ocasiones de pactos con los que abundar en los gustos, en las querencias, en lo que nos oferta sinceridades con sus volúmenes cariñosos. Miremos el agua que nos da sensaciones de frescor.
Hagamos que el honor sea sentimiento de alegría y libertad, denuncia y respuesta, con entretenidos aprendizajes que nos han de conformar como personas en sociedad. Los complementos son importantes, y el complementarse también. Ganemos sin jugar, pero no para nosotros, sino para la comunidad a la que hemos de servir sin rodeos.
Las preferencias nos han de conducir por la línea recta, para no perder el tiempo, ni los recursos, ni lo poco que justifica ese afán para y por amanecer con una cierta pro-actividad. Hay texturas, versiones, actitudes y posibilidades. Hemos de escrutarlas y pensar en positivo con la pretensión ferviente de afrontar la singladura vital desde la constancia y la persecución de pequeños éxitos. Nos debemos armar de muchos valores, que los tenemos, para utilizarlos como ejemplos diarios para nosotros y para los que nos quieren, entre los cuales hemos de ir introduciendo a más y más gente.
Los caminos son múltiples. Los hay de todas las envergaduras, de todos los tamaños, de todas las intensidades. Debemos creer en lo que realizamos y en cómo lo hacemos. No persigamos las creencias que son en la misma nada. Hemos de consolidar lo pequeño. La idea ha de ser ir despacio, que, poco a poco, nos preparemos con los recursos y elementos que justifican y explican todo cuanto somos. La nada es, lo es, cuando hay una persuasiva ilusión por medio. Demos con ella en los numerosos itinerarios que enfrentamos. De todos ellos podemos aprender mucho. Lo mejor es dejar que fluyan. Para que no caigamos en inercias incomprensibles, de vez en cuanto aconsejamos potenciar unas ciertas sensaciones de frescor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Naveguemos con el objetivo de corregir los golpes que a menudo nos da la vida y que, seguramente, tienen un carácter didáctico. No paremos. Las confluencias nos presentan ocasiones de pactos con los que abundar en los gustos, en las querencias, en lo que nos oferta sinceridades con sus volúmenes cariñosos. Miremos el agua que nos da sensaciones de frescor.
Hagamos que el honor sea sentimiento de alegría y libertad, denuncia y respuesta, con entretenidos aprendizajes que nos han de conformar como personas en sociedad. Los complementos son importantes, y el complementarse también. Ganemos sin jugar, pero no para nosotros, sino para la comunidad a la que hemos de servir sin rodeos.
Las preferencias nos han de conducir por la línea recta, para no perder el tiempo, ni los recursos, ni lo poco que justifica ese afán para y por amanecer con una cierta pro-actividad. Hay texturas, versiones, actitudes y posibilidades. Hemos de escrutarlas y pensar en positivo con la pretensión ferviente de afrontar la singladura vital desde la constancia y la persecución de pequeños éxitos. Nos debemos armar de muchos valores, que los tenemos, para utilizarlos como ejemplos diarios para nosotros y para los que nos quieren, entre los cuales hemos de ir introduciendo a más y más gente.
Los caminos son múltiples. Los hay de todas las envergaduras, de todos los tamaños, de todas las intensidades. Debemos creer en lo que realizamos y en cómo lo hacemos. No persigamos las creencias que son en la misma nada. Hemos de consolidar lo pequeño. La idea ha de ser ir despacio, que, poco a poco, nos preparemos con los recursos y elementos que justifican y explican todo cuanto somos. La nada es, lo es, cuando hay una persuasiva ilusión por medio. Demos con ella en los numerosos itinerarios que enfrentamos. De todos ellos podemos aprender mucho. Lo mejor es dejar que fluyan. Para que no caigamos en inercias incomprensibles, de vez en cuanto aconsejamos potenciar unas ciertas sensaciones de frescor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Con enamoramientos
Nos determinamos con sencillez para que la vida sea. Nos hemos de mostrar con enamoramientos.
Pretensiones de amor
Imaginamos un poco de menos dolor, pero, de momento, no es posible. Nos agasajamos con las pretensiones de un amor hermoso.
Besos de corazón
Vigilamos esos corazones que nos nublan las virtudes con sus entusiasmos poco claros. Nos tendremos que vigilar con besos de corazón.
Entre lo más posible
Cuestionamos la salubridad de cuanto nos viene dado con una misión que nos hará vivir entre lo más posible.
Discursos adecuados
Ganaremos con la gesta de buenas razones que nos pueden distraer. Hemos adecuado varios discursos.
Sin prisa
Ya te diré mi sí que es mucho más. Nos hemos permitido no fallar ahora que las resoluciones no tienen prisa.
La verdad que nos traspasa
Considero que es un honor tenerte ahí, conmigo, a mi lado, en esa verdad que nos traspasa.
Voy a definirte
Te quiero por lo que eres, por cómo eres, entre lo que eres y lo que no. Voy a definirte.
Misticismo menos grave
Tenemos que asumir el valor de esas palabras que nos devuelven el misticismo menos grave.
No en otros
Seamos un poco más positivos. Ello ayuda en todo cuanto tenemos que hacer. No naufraguemos en las razones de otros.
Platicar mejor
Tengamos la fiesta en paz mientras podamos. Asumamos el reto de varios anhelos con los que platicar mejor.
Fomentar el cariño
Tendremos que ir con el respeto al máximo de ese cariño que hemos de fomentar día tras día.
Más nosotros
Consideremos ese todo que nos ha de permitir ser un poco más joviales, menos tristes, más nosotros.
Al mejor amor
Nos debemos preparar para insistir en las negociaciones que nos transporten al mejor amor. Lo hemos de intentar.
Amor subjetivo
Te dedicas a inferir lo que no siempre será entendible. Me fundamentas un amor que ha de ser más subjetivo.
Verdades que sobresalen
Desarrollamos los anhelos de siempre. Todo me viene con esos fines que nos explican las causas con acontecimientos de verdades que sobresalen.
Las empatías reformadas
Tengo que consentirme un poco de fracaso en cuestiones de amores que nos irán manifestando señales de versiones queridas. Reformamos las mismas empatías.
Que no falte el amor
Nos especializamos para que nada se quede en un eterno inicio que puede cansar. Nos iremos organizando para que el amor no falte.
Dicha y energías
Me has permitido ser feliz. No se trata de obligaciones, sino de comisiones de tiempo para una dicha que nos da más energías.
De ideas
Acudimos para apoyos con negaciones que nos apresuran. No podemos permitir que las inundaciones de ideas nos puedan. Me proteges.
Ser más valientes
Hemos dado acciones que nos consienten brindis con soles y todo. Nos hemos confundido, pero quizá ha sido para ser más valientes.
Percepciones
Eres ese momento que me otorga ímpetus que se reciben con percepciones que no podremos regalar así como así.
Lo que queremos decirnos
No estamos con asuntos que nos separen. Es ya un comienzo para lo que queremos decirnos.
Figuración posible
La vida nos regala términos que implican el deseo menos fugaz. Nos damos una figuración que es posible.
Compartir lo mejor
Subimos hacia ese corazón que ya no es de nadie. Nos planteamos lo bueno, lo mejor, para compartirlo.
Están ahí
Voy con ese uno que apuesta por seguridades de amistades señeras. No te puedo confesar todos los esfuerzos. Lo importante es que están ahí.
Con pequeñas vivencias
No podemos contar que podremos, pero te digo que lo intentaremos. Gozamos con pequeñas vivencias.
Amor que regresa
Visualizamos esos aspectos que nos traen suerte. Nos combinamos para no fallar en este amor que regresa.
Para no vernos
Eres mi foro interno, mi yo mismo. Nos abrimos para no vernos en el lado de la indiferencia.
jueves, 26 de agosto de 2010
Para mitigarlos
Los olvidos son señal de que algo no gusta lo suficiente. Hemos de reconocer los errores para mitigarlos.
Dosis de ternuras
Los razonamientos me ocultan los vacíos que ahora me imprimen esas letras de amor entre grandes dosis de ternuras.
Noches unidas
Todo es sabor a ti en lo que nos confesamos durante noches que no parecen acabar. Se unen unas a otras.
Palabras de término medio
Me brindas ese tiempo que creí perdido, y por eso te reconozco lo mejor de mí mismo. Nos agasajamos con palabras de término medio.
Lindezas pacíficas
Te prefiero sin dar rodeos, con lo poco o con lo mucho, con las lindezas más pacíficas.
Lo justo
Creo que me puedes con todo lo que realizas, con los abandonos que nos profesamos. Nos hemos abierto lo justo.
Confieso ser feliz
Te confieso muchas cosas que tienen que ver con el amor, con lo que siento, con todo lo que me hace ser feliz.
Una y otra vez
Ilustramos a los corazones para que no sufran tanto, pero no aprenden. Así una y otra vez.
Tonos radiantes
Nos comprendemos en esa mitad de la noche que nos embarga y supera con sus tonos más radiantes.
Se extienden las jornadas
Nos hemos de gustar en todo y con todo lo que nos ofertamos en las realidades de cada día. Las jornadas se extienden.
Amores vencidos
Resolvemos el panorama con sus cuestiones más lindas. Nos vamos a liberar de los azogues de amores vencidos.
Vida trastocada
Presentimos que todo mejorará, pero también intuimos que habrá que pasar un desierto. La vida aparece trastocada.
Lo que queremos contarnos
Prestamos atenciones que nos recrean las sensaciones más dispares. Nos hemos detenido un poco tarde para lo que queremos contarnos.
Revulsivos
Nos damos bautismos que surgen y resurgen con pasatiempos que discriminan. Nos citaremos en momentos que se convertirán en revulsivos.
No atrás
Nos confesamos devotos de una amistad que hemos de perpetuar mientras podamos. No nos quedemos atrás.
Puras determinaciones
Tanteo mis emociones y te descubro como eres, con pura pasión y entre sombras que me complacen con sus puras determinaciones.
Aguardan buenos momentos
Resolvemos los aspectos más queridos con unas señales de preferencias dichosas. Llegaremos, claro que sí. Nos aguardan buenos momentos.
Vista nublada
Todo será en ese sí que nos otorgará beneficios con recias vacilaciones hacia ese lado que nos nubla la vista.
La maravilla de tus ojos
Soltamos amarras con esas intenciones de hallar la paz que no nos dan otros. No hemos negociado. La maravilla de tus ojos me puede.
Compromisos cariñosos
Todo se deriva de esas emociones que nos quitan y ponen palabras con serenas intenciones. Ganaremos compromisos cariñosos.
Buenas consecuencias
Consumimos deseos con los que nos aupamos a los mismos aires de la razón, que ha de producir buenas consecuencias.
La distinción comunicativa
Distingamos la comunicación con paciencia, con espera, con esmero y mimo, con serenidad. Nos dará visión, lo que se llama altura. El considerar la comunicación como un tránsito, como un camino, como una vía hacia algo mejor ayuda a su confección. Aboguemos por esas solvencias que nos saquen de dudas y de esas prisiones intelectuales que nos previenen de lo que podría ser. Las astucias bien llevadas, para conseguir bienes y servicios para la sociedad al completo, son unos buenos instrumentos de labor. Nos miramos con dulzura.
Mantengamos el nivel más correlativo con los intereses del conjunto de la sociedad, que ha de ser nuestra complaciente prioridad. No la abandonemos. No separemos lo importante, y tratemos de darle el tono que se merece. Nos hemos de unir en todo lo que nos parezca con sentido. Los broches han de ser de oro.
La existencia se compone de lucimientos de pensamientos en su sitio, de pesares que nos han de trasladar las cautivas entidades con las que nos introduciremos en un universo bendito. No paremos en las noches noveladas, que nos han de poner en el umbral de la pasión.
Sintamos que lo roto ha de superar los desgarros de una sociedad supuesta con sus calladas respuestas. El todo colmado de buenas atenciones y actuaciones nos ha de aguardar con sus inclinaciones más sugerentes. Los retos han de ser entretenidos con sus planos más favorables y favorecedores. Salgamos de los tópicos para adentrarnos en las verdades y en esas ocasiones que serán algo más que un desafío.
Dilatemos los empeños con sus explicaciones ante los eventos que nos inmiscuyen en todo lo que puede tener un sentido idealista y conformador de la realidad. Vayamos en el tren en el que el valor de la conjunción, de la suma, será la superación más noble. Soslayemos los elementos que hallemos por esos caminos en los que no podremos con todo cuanto nos sucede. Miremos más allá con las previsiones de transformaciones interesantes. Convengamos, sí, y comuniquemos mejor. Transformemos la realidad, consigamos que sea y que esté donde sea menester, y seamos también en ese tránsito que es contribución a las posibilidades que nos ayudan, que son, que nos tienen. Diferenciemos y distingamos en todas las acepciones de esos dos términos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Mantengamos el nivel más correlativo con los intereses del conjunto de la sociedad, que ha de ser nuestra complaciente prioridad. No la abandonemos. No separemos lo importante, y tratemos de darle el tono que se merece. Nos hemos de unir en todo lo que nos parezca con sentido. Los broches han de ser de oro.
La existencia se compone de lucimientos de pensamientos en su sitio, de pesares que nos han de trasladar las cautivas entidades con las que nos introduciremos en un universo bendito. No paremos en las noches noveladas, que nos han de poner en el umbral de la pasión.
Sintamos que lo roto ha de superar los desgarros de una sociedad supuesta con sus calladas respuestas. El todo colmado de buenas atenciones y actuaciones nos ha de aguardar con sus inclinaciones más sugerentes. Los retos han de ser entretenidos con sus planos más favorables y favorecedores. Salgamos de los tópicos para adentrarnos en las verdades y en esas ocasiones que serán algo más que un desafío.
Dilatemos los empeños con sus explicaciones ante los eventos que nos inmiscuyen en todo lo que puede tener un sentido idealista y conformador de la realidad. Vayamos en el tren en el que el valor de la conjunción, de la suma, será la superación más noble. Soslayemos los elementos que hallemos por esos caminos en los que no podremos con todo cuanto nos sucede. Miremos más allá con las previsiones de transformaciones interesantes. Convengamos, sí, y comuniquemos mejor. Transformemos la realidad, consigamos que sea y que esté donde sea menester, y seamos también en ese tránsito que es contribución a las posibilidades que nos ayudan, que son, que nos tienen. Diferenciemos y distingamos en todas las acepciones de esos dos términos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El positivismo en comunicación
Operemos con lo positivo en todas las ramas y esferas vitales. Ello nos permite salir adelante más resolutivamente. Apostemos y abundemos siempre por lo más idóneo y adecuado de la comunicación, por sus más óptimas aportaciones. Mandemos lo mejor de nosotros mismos en forma de conversaciones que se amparen en aquellos aprendizajes de cuando éramos niños y adolescentes. Todo ha de tener interés, y así se ha de mostrar. La gracia, el talento, las explicaciones bien sencillas, la admiración, el brillante deseo en los ojos... Todo nos ha de gustar, y con deleite lo hemos de transmitir. El mundo es como es, y hemos de optimizarlo en todos sus avatares.
Giremos hacia esos momentos en los que cualquier cosa era digna de aprendizaje. No neguemos las intenciones de las complacencias que venían con el anhelo de entregarnos a una solidaridad máxima. Nos hemos de juntar cada día con unas cuantas palabras que nos aporten positivismo y buen hacer. La alegría aparece del buen comportamiento, de ahí, de lo sencillo. No esperemos grandes respuestas cuando las más pequeñas nos aportan mucho más.
Cubramos las espaldas con ese entusiasmo sin el cual no podemos afrontar el día a día. No nos despidamos antes de la cuenta. Enumeremos los hechos gloriosos con las objetividades de quienes nos consuelan con sus tanteos más subrayados. Escribamos con los ojos brillantes y traslademos las estampas más hermosas a quienes nos regalan cada jornada sus mejores semblantes. No se trata de devolver, sino de multiplicar.
Los calores nos han de empujar lo suficiente para mantener el tipo, así como contribuirán los momentos más fríos, que hemos de ir alternando para valorar lo que es estar, sencillamente, bien. Las imposiciones no nos valen, pues alteran en exceso los motivos y sus consecuencias. Variemos las contemplaciones para obtener licencias con respuestas abiertas, donde todos podremos entrar con la misma naturaleza y con igualdad de derechos.
La libertad en las expresiones y opiniones, con respeto por encima de todo, es la gran apuesta. Limemos los elementos extraños y tardíos y hagamos que resuenen las melodías más dulces y bonitas. Las cúpulas del aprendizaje se han de ver con la perspectiva del tiempo y con la altura que sea precisa para que nada escape a lo que advertimos. Contemos esas formas que nos han de preferir con medidas particulares. Hagamos caso a los sentimientos de convencida pluralidad comunicativa. Funcionará. Lo más idóneo y conveniente en ésta y en otras materias tiene en cuenta el saber de los convecinos. Seamos optimistas y positivos, y lo demás será cuestión de tiempo. Además, es obvio que seremos más felices.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Giremos hacia esos momentos en los que cualquier cosa era digna de aprendizaje. No neguemos las intenciones de las complacencias que venían con el anhelo de entregarnos a una solidaridad máxima. Nos hemos de juntar cada día con unas cuantas palabras que nos aporten positivismo y buen hacer. La alegría aparece del buen comportamiento, de ahí, de lo sencillo. No esperemos grandes respuestas cuando las más pequeñas nos aportan mucho más.
Cubramos las espaldas con ese entusiasmo sin el cual no podemos afrontar el día a día. No nos despidamos antes de la cuenta. Enumeremos los hechos gloriosos con las objetividades de quienes nos consuelan con sus tanteos más subrayados. Escribamos con los ojos brillantes y traslademos las estampas más hermosas a quienes nos regalan cada jornada sus mejores semblantes. No se trata de devolver, sino de multiplicar.
Los calores nos han de empujar lo suficiente para mantener el tipo, así como contribuirán los momentos más fríos, que hemos de ir alternando para valorar lo que es estar, sencillamente, bien. Las imposiciones no nos valen, pues alteran en exceso los motivos y sus consecuencias. Variemos las contemplaciones para obtener licencias con respuestas abiertas, donde todos podremos entrar con la misma naturaleza y con igualdad de derechos.
La libertad en las expresiones y opiniones, con respeto por encima de todo, es la gran apuesta. Limemos los elementos extraños y tardíos y hagamos que resuenen las melodías más dulces y bonitas. Las cúpulas del aprendizaje se han de ver con la perspectiva del tiempo y con la altura que sea precisa para que nada escape a lo que advertimos. Contemos esas formas que nos han de preferir con medidas particulares. Hagamos caso a los sentimientos de convencida pluralidad comunicativa. Funcionará. Lo más idóneo y conveniente en ésta y en otras materias tiene en cuenta el saber de los convecinos. Seamos optimistas y positivos, y lo demás será cuestión de tiempo. Además, es obvio que seremos más felices.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Para la puesta en común
Tendremos que mirar hacia donde sea menester con el fin de que nos veamos como somos. Nos queremos, y eso es fundamental para la puesta en común que precisamos.
Llanura y carencias
Vertemos el amor en un cajón de deseos que nos distinguen con pasatiempos de llanura y carencias.
Actitud que ayuda
Todo gira en torno a ti, y me parece bien. Intenta que merezca la pena. Esa actitud nos ayudará.
Con el todo
Tenemos que proponer nuevas palabras con sus litigios y sus cariños que entroncan con el todo.
Egos que consultan
Todo en ti es racimo de uvas con las que poder alimentar los egos que nos consultan qué no hacer.
Materia de amor
Comentamos qué hacer con las razones de una vida mayúscula. No podemos quedarnos atrás en materia de amor.
Son las voluntades
Eres mi mar. Me defines con recuerdos que nos gustan. Las voluntades son. No entraremos tarde.
Se comparten los triunfos
No hemos dado con los recuerdos que nos podrían responder con garantías. Los triunfos se comparten.
Corregir torpezas
Tenemos que contarnos todo lo que es regreso con voluntades que nos insisten con torpezas que hemos de corregir.
Ya no en los límites
Sospechamos de coordinaciones que nos liberan en semanas y trayectos que nos permiten comunicar ese amor que ya no tiene teme. Activas lo mejor. Ya no estamos en los límites.
Contactos formales
Nos preparamos por esos motivos que nos hemos confesado en silencio durante mucho tiempo. Nos daremos contactos formales.
Éxitos de antes
Partimos hacia el mismo lugar sin sumar los éxitos que antes venían mucho más fácilmente.
Nos moveremos por ahí
Tenemos que consolidar lo poco y lo mucho. La tesitura es mejorable, y por ahí nos vamos a mover.
Objetivos y garantías
Naturalizamos los sentimientos, que ya no están con esos objetivos que antes nos dieron garantías.
Jurar el amor
Nos transportamos con horas que perdemos por un camino no conocido. No es fácil que nos juremos un amor que todavía debemos localizar.
Saborear lo pequeño
Me gustaría que los preparativos que me regalas fueran para más gentes, que nos harán saborear lo más pequeño.
Afortunados
Jugamos a juntar las complicaciones para poderlas neutralizar. Nos volvemos muy afortunados.
No del revés
Tendré que convivir con esos pactos no escritos, no caracterizados, no vueltos del revés.
Previsiones de siempre
Todo me viene contigo. Actuamos con garbo y con gracia. Nos hemos unido a las previsiones de siempre.
Más y mejores vibraciones
Vivimos lo natural con unas intensas contemplaciones que nos abaratan los besos. Nos atenderemos con más y mejores vibraciones.
Paradojas divididas
Urdimos esos planes que nos estudian desde perfiles que suben y afirman las paradojas más divididas.
Fomentamos negaciones
Hemos adaptados los pasos con preferencias que nos ultiman algunos anhelos que ya no serán. Nos fomentamos negaciones.
Algunos suspiros
Todo es en esa noche que nos une con los términos más concluyentes. Nos hemos dado preocupaciones que nos subrayan algunos suspiros.
Sin una dirección
Las quejas siguen con lo mínimo. Nos hemos dado pesares que nos mantienen sin una dirección presente.
Con palabras de amor
Todo se vive con una pasión que influye con sus toques más o menos místicos. Nos vamos con palabras de amor.
Anhelos de antaño
Bebemos vientos que soplan con insistentes dichas que nos aclaman con resortes poderosos. No archivaremos los anhelos de antaño.
Velocidades imparables
Vivimos con un entusiasmo que nos regala momentos estelares. Nos explicamos muchos deseos que siguen sus velocidades imparables.
Nos damos mucho
Deseo que seas feliz. Terminas y comienzas con una especie de espiral que va y que viene. Nos damos mucho.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Ya no lo son
Amores que llegan sin ver lo que nos merece el deseo, o la pena, o lo que fuere. Los ahoras ya no lo son.
EL SECTOR PERIODÍSTICO
Resumen:
Un sector joven, necesitado de un permanente reciclaje, pero desmotivado en ocasiones para ello por la falta de tiempo, de recursos y de incentivos con los que poder afrontar una adaptación que, por otro lado, es necesaria y se está llevando a cabo en el ámbito de las Nuevas Tecnologías. Éste es parte del retrato que se hace de los profesionales del Periodismo, que también es significado por sus problemas de conciliación de la vida laboral y familiar y por las carencias de visibilidad sobre sus propias circunstancias, a la par que posee una imagen social un tanto deteriorada, de la cual es consciente. Todo ello nos plantea la necesidad de una mayor unión y el consejo de una cierta idea de pacto o de autorregulación sobre el ejercicio profesional y acerca de ciertos aspectos deontológicos. Sin duda, la labor de las entidades profesionales para esta mejora es sustancial.
Palabras clave: Periodismo, Ética, Problemas, Formación, Nuevas Tecnologías.
Abstract:
A young sector, needed from a permanent recycling, but not motivated in occasions for it due to the lack of time, of resources and of incentives with which to be able to confront an adjustment that, on the other hand, is necessary and is carried out in the area of the New Technologies. This one is a part of the portrait that is made of the professionals of the Journalism, which also is meant by their problems of conciliation of the labor and familiar life and by the lacks of visibility on their own circumstances, at the same time that possesses a social rather damaged image, of which it is conscious. All this raises the need of a major union and the advice of a certain idea of agreement or auto-regulation on the professional exercise and brings over of certain ethical aspects. Undoubtedly, the labor of the professional entities for this improvement is substantial.
Key words: Journalism, Ethics, Problems, Formation, New Technologies.
Un sector joven, necesitado de un permanente reciclaje, pero desmotivado en ocasiones para ello por la falta de tiempo, de recursos y de incentivos con los que poder afrontar una adaptación que, por otro lado, es necesaria y se está llevando a cabo en el ámbito de las Nuevas Tecnologías. Éste es parte del retrato que se hace de los profesionales del Periodismo, que también es significado por sus problemas de conciliación de la vida laboral y familiar y por las carencias de visibilidad sobre sus propias circunstancias, a la par que posee una imagen social un tanto deteriorada, de la cual es consciente. Todo ello nos plantea la necesidad de una mayor unión y el consejo de una cierta idea de pacto o de autorregulación sobre el ejercicio profesional y acerca de ciertos aspectos deontológicos. Sin duda, la labor de las entidades profesionales para esta mejora es sustancial.
Palabras clave: Periodismo, Ética, Problemas, Formación, Nuevas Tecnologías.
Abstract:
A young sector, needed from a permanent recycling, but not motivated in occasions for it due to the lack of time, of resources and of incentives with which to be able to confront an adjustment that, on the other hand, is necessary and is carried out in the area of the New Technologies. This one is a part of the portrait that is made of the professionals of the Journalism, which also is meant by their problems of conciliation of the labor and familiar life and by the lacks of visibility on their own circumstances, at the same time that possesses a social rather damaged image, of which it is conscious. All this raises the need of a major union and the advice of a certain idea of agreement or auto-regulation on the professional exercise and brings over of certain ethical aspects. Undoubtedly, the labor of the professional entities for this improvement is substantial.
Key words: Journalism, Ethics, Problems, Formation, New Technologies.
Estimaciones relativas
Presentamos amor y ansia de una libertad que nos conduzca por resortes lanzados, únicos, sueltos, con estimaciones relativas.
Nos ayudan los linajes
Los itinerarios nos ofertan causas que serán riesgos con sus correspondientes opciones. Los linajes nos ayudan.
El camino pendiente
Vivimos la familiaridad del instante apasionado con sus búsquedas de un lustre que ilumine el camino que estamos pendientes de elegir.
Momento de aquiescencia
Nos maravillamos de las exposiciones de cariño que hemos llevado guardadas hasta este momento de aquiescencia.
Abrigada paz
Aterricemos con manifiesta gracia entre anhelos de portentosa intención de una abrigada paz que todo lo dirá.
Razones de nuestra amistad
Desarrollamos esos sanos quehaceres que nos encumbran a las razones de nuestra amistad.
No nos hemos visto
Modificamos esas eras completas que nos hacen vivir como extraños. No hemos visto quiénes somos.
Llamadas del amor
Los suspiros nos enganchan con sus vertientes más honrosas. Hemos acudido a las llamadas del amor.
A flor de piel
Volvemos con todos los elementos organizados, con las suspicacias entendidas a flor de piel.
No todas
Tendremos que ir como pasajeros que nos nublan la vista. No hemos divisado todas las sensaciones.
Cuando nos olvidan
Imaginamos qué hacer cuando las razones nos olvidan. No sé si es una buena estrategia. Nos alimentamos tarde.
Sentimientos prestados
Ahora te canto ese cinco que nos insertará en un nuevo juego. Espero que nada falte. Nos prestamos sentimientos.
Firmamento de posibilidades comunicativas
Hay un sinfín de posibilidades en los procesos comunicativos que asumimos o que nos llegan cada jornada. Analicemos lo que hacemos, cómo lo comunicamos. Saquemos ese zumo que nos explica muchas cuestiones. Tengamos el paladar comunicativo fino. Nos empeñamos con un sí casi eterno en secuencias que nos parecen básicas con todo lo que es umbral amparado con dichas de muchos retornos. Las señales han de dirigirnos por las líneas rectas que nos ubican con sus intereses de variada multiplicidad. Hagamos que el territorio del corazón no falle.
Hemos apalabrado los anhelos de una juventud que nos indicó todo cuanto le apetecía hacer. No sembremos en lugares extraños y seamos pura sensatez en los comienzos y en los finales, como meras y necesitadas coherencias.
No dejemos en el otro lado de las intenciones esos quehaceres que nos han de alumbrar como paciencias que consideraremos infinitas. Sugerimos cada día, y más que deberemos ofrecer. La constancia nos aporta un grado con el que hemos de incrementar las voluntades y sus resultados.
No brindemos con cosechas ajenas lo que debería ser nuestro. Los énfasis han de poner esa guinda en un pastel que deberemos saborear entre todos. Sigamos las mejores señales hasta dar con el firmamento de posibilidades. Las posturas de otros instantes nos han de colocar ese cartel de peticiones sumidas en la misma base de la autoridad.
Las vertientes de esas realidades que tanto complacen nos han de colmar de experiencias dichosas con sus entusiasmos correspondientes. Nos hemos de quedar en ese lado de la virtud, con el fin de ver, de superar las heridas menos “disgustantes”. Aunque sea difícil, seamos positivos. Nos hemos de hacer caso con las sombras de unas luces que nos deberán indicar los caminos sin pausa. Interpretemos, por favor, los sabores. Cada uno tiene su mensaje, y lo hemos de saber destapar con el mejor colchón y con el mejor entendimiento posible. Estemos listos para poder enumerar las estrellas que en cada ocasión podemos divisar. Son muchas, y nos aportan más de lo que pensamos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Hemos apalabrado los anhelos de una juventud que nos indicó todo cuanto le apetecía hacer. No sembremos en lugares extraños y seamos pura sensatez en los comienzos y en los finales, como meras y necesitadas coherencias.
No dejemos en el otro lado de las intenciones esos quehaceres que nos han de alumbrar como paciencias que consideraremos infinitas. Sugerimos cada día, y más que deberemos ofrecer. La constancia nos aporta un grado con el que hemos de incrementar las voluntades y sus resultados.
No brindemos con cosechas ajenas lo que debería ser nuestro. Los énfasis han de poner esa guinda en un pastel que deberemos saborear entre todos. Sigamos las mejores señales hasta dar con el firmamento de posibilidades. Las posturas de otros instantes nos han de colocar ese cartel de peticiones sumidas en la misma base de la autoridad.
Las vertientes de esas realidades que tanto complacen nos han de colmar de experiencias dichosas con sus entusiasmos correspondientes. Nos hemos de quedar en ese lado de la virtud, con el fin de ver, de superar las heridas menos “disgustantes”. Aunque sea difícil, seamos positivos. Nos hemos de hacer caso con las sombras de unas luces que nos deberán indicar los caminos sin pausa. Interpretemos, por favor, los sabores. Cada uno tiene su mensaje, y lo hemos de saber destapar con el mejor colchón y con el mejor entendimiento posible. Estemos listos para poder enumerar las estrellas que en cada ocasión podemos divisar. Son muchas, y nos aportan más de lo que pensamos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Peldaños comunicativos
La escalera de la comunicación ha de ser subida cada día y en la medida de lo posible. No nos cansemos, al menos, de intentarlo. La dicha es el mejor regalo que nos pueden dar o que podemos compartir con los demás. Vivimos el prólogo de una vida que se ha de sustentar en la misma trayectoria con su evolución y todo. Tentamos, una y otra vez, la suerte con más suerte aún, y vivimos en la requisitoria que busca espacios para contrastar lo que ocurre por unos lugares de sentimientos vencidos de antemano. Nos hemos consultado las apariencias con sus glorias más recias, y en adelante daremos con las travesías de indicadores más tardíos. Nos hemos superado, y eso quiere decir que tenemos propuestas de generaciones espontáneas para continuar con lo mejor, o con lo que nos parece que lo es.
No hagamos caso a cuanto nos viene dado con unas panorámicas de divertimentos en el más puro estilo del vacío existencial, que nos ha de confrontar con las ideas de antaño en la búsqueda ornamental de cuanto nos viene ofrecido con aficiones y gustos complejos. Saquemos intereses de donde pensamos que no los había. Entremos en esa considerada visión que nos ha de hacer escapar de cuanto nos sucede en negativo para adentrarnos en un buen número de sueños por experimentar. Sobrellevemos las caídas y aprendamos de ellas.
Las seguridades nos han de expresar los requisitos más sombríos con esos planteamientos de gracias que nos han de ayudar en todo cuanto hagamos. Poco a poco las ideas irán triunfando entre todos, y eso será señal de consejos que nos portarán muy comprometidos con lo que nos gusta y complace en el tono y en el mismo deseo. Las heridas de años que ya se consideran atrasados deben ser adecuaciones a las realidades más interesantes, que hemos de defender. Aprendamos, y para ello comuniquemos.
Las premisas de las viejas guardias nos han de conducir por sendas de buenas y queridas pasiones, que han de alimentar lo mejor de nosotros mismos para que se incrementen los niveles de bienestar a través de la propia comunicación de flujos experimentados y secuenciados en tiempo y forma. Hagamos caso con honor, con empatía, con todo lo que nos merece la pena. La vida es templanza y consideración de los triunfos como relativos porque lo son.
Insistamos con el corazón en la mano en todo lo que nos puede otorgar beneficios simpáticos y entrañables con los que socorrer cuanto será expresión de amor y de amistad. No paremos en esas iniciativas que nos han de regalar felicidad con grandes dosis de fortunas. Sigamos, siempre sigamos, y no nos cansemos: no nos cansemos nunca. Comuniquemos esa dicha sin pausa. Poco a poco, y también sin prisa, nos iremos dando otros semblantes. Subamos cada día un peldaño en esa escala de valores que hemos de sustentar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No hagamos caso a cuanto nos viene dado con unas panorámicas de divertimentos en el más puro estilo del vacío existencial, que nos ha de confrontar con las ideas de antaño en la búsqueda ornamental de cuanto nos viene ofrecido con aficiones y gustos complejos. Saquemos intereses de donde pensamos que no los había. Entremos en esa considerada visión que nos ha de hacer escapar de cuanto nos sucede en negativo para adentrarnos en un buen número de sueños por experimentar. Sobrellevemos las caídas y aprendamos de ellas.
Las seguridades nos han de expresar los requisitos más sombríos con esos planteamientos de gracias que nos han de ayudar en todo cuanto hagamos. Poco a poco las ideas irán triunfando entre todos, y eso será señal de consejos que nos portarán muy comprometidos con lo que nos gusta y complace en el tono y en el mismo deseo. Las heridas de años que ya se consideran atrasados deben ser adecuaciones a las realidades más interesantes, que hemos de defender. Aprendamos, y para ello comuniquemos.
Las premisas de las viejas guardias nos han de conducir por sendas de buenas y queridas pasiones, que han de alimentar lo mejor de nosotros mismos para que se incrementen los niveles de bienestar a través de la propia comunicación de flujos experimentados y secuenciados en tiempo y forma. Hagamos caso con honor, con empatía, con todo lo que nos merece la pena. La vida es templanza y consideración de los triunfos como relativos porque lo son.
Insistamos con el corazón en la mano en todo lo que nos puede otorgar beneficios simpáticos y entrañables con los que socorrer cuanto será expresión de amor y de amistad. No paremos en esas iniciativas que nos han de regalar felicidad con grandes dosis de fortunas. Sigamos, siempre sigamos, y no nos cansemos: no nos cansemos nunca. Comuniquemos esa dicha sin pausa. Poco a poco, y también sin prisa, nos iremos dando otros semblantes. Subamos cada día un peldaño en esa escala de valores que hemos de sustentar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Sin excesos, claro
Prestemos atención a lo que nos regala la vida, y saquemos provechos compartidos. No digamos menos de la cuenta. Arriesgar es bueno, sin excesos, claro.
Las superaremos
Eres la razón de esa misión que nos da todo ese favor que nos cuesta lágrimas que superaremos.
Brisas de antaño
Hemos dado ofrecimientos. Nos apostamos con referencias queridas. No hemos dado con las brisas de antaño.
El día que nos quisimos
Nos hemos dado esa pasión que ahora comprendemos con momentos del día que nos quisimos.
Instantes queridos
Eres todo ese impulso que trato de comprender con tratos supuestos. Nos hemos visto en todos los instantes queridos.
Sí el cómo
Reanimamos los días. Nos aceptamos como somos. No comprendemos todo lo que nos dicen, pero sí el cómo.
De la espiral
Eres mi hora, mi amor, mi sensación más sublime. Nos salimos de esa espiral que nos conmueve.
Más pasión
Hemos marcado las realidades en las que nos movemos. Nos hemos dado más pasión. Las finalidades nos tratan estupendamente.
No deben
Hemos buscado en el mismo sitio de antaño. No sé si nos veremos como antes. Las obligaciones no existen en materia de amor. No deben.
Más alegrías
Intuimos qué hacer. Consolidamos los compartimentos que no han de ser estancos. Nos damos más alegrías.
Señales de verdad
Los modelos que nos traen son señales que nos indican hasta dónde podremos ir. Nos consolidamos sin señales de verdad. Puntualizamos los cariños.
Datos expuestos
Exponemos los datos con razones que nos aguardan con estimulaciones que nos ofrecen parlamentos.
Día a día
Todo sale de algún modo. No vamos a concretar fechas. Lo importante es la meditación que nos regalamos. Vivamos el día a día.
Sí asegurado
Iré con debates de ofrecimientos que nos ganan con resoluciones de conflictos inertes. Nos hemos dado mucha fuerza. Nos aseguramos el sí.
Rodeos que nos sanan
Eres mi gran sabor. Nos hemos dado referencias que refrendan las vidas con rodeos que nos sanan.
Huellas
Tenemos la fortuna de conocernos más y más. Hemos supuesto heridas que ya empiezan a sanar. Quedarán huellas.
Apresados
Ganamos con apuestas que nos significan todo cuanto es. Hemos apresado sentimientos que han de volver a ser libres.
Momentos preclaros
Te aseguro mi amor. Nos hemos inscrito en paciencias extremas. No vamos a quedarnos sin intervenir en los momentos más preclaros.
Sentimientos sin amenazas
Tendremos que vernos con puntuales estimaciones de una paz que nos adentra en sentimientos sin amenazas. Estaremos juntos.
Noches queridas
Te he contado que sí. Nos hemos pedido advertencias que nos recrean con sus noches más queridas.
Al mismo lugar
Eres mi todo. Hemos aclamado esas miradas que nos quitan días para darnos meses. Vamos al mismo lugar.
Operar con libertad
La vida es lluvia, y también es sol. Nos iniciamos en amores que nos han de permitir operar con libertad.
Mi guardiana
Tendré que decirte dónde está mi amor. No hay que buscarlo muy allá. Te reclamo un poco de tiempo. Eres mi guardiana.
Con puntuales confines
Eres todo cuanto deseo en estos nuevos momentos que nos apuntan señales que nos han de afirmar con puntuales confines.
Reflejos estimados
Tenemos que vivir con preferencias que nos han de resumir los mejores anhelos. Nos movemos con quejas que han de ser reflejos estimados.
No atrás
Recabamos esas definiciones que nos ponen en guardia con astucias que nos deberán dar un poco de calma. No vamos a quedarnos atrás.
Primeros deseos
Dedicamos lo que nos implica con reforzamientos que son de hoy. No hemos dado con las salidas hacia otros momentos con tonos de primeros deseos.
No razones
Me vale todo lo que me explicas porque te quiero. No necesito razones, sino que sigas ahí. Gracias.
Mi deleite
Te tengo a mi vera. Eso se convierte en todo cuanto es. Las actividades que nos gustan son disfrutadas. Eres mi deleite.
Diferencias que nos han de unir
Hemos aclamado esos momentos que nos exigen superaciones renovadas. Nos imponemos esas diferencias que nos han de unir.
Ya los suficientes
Numeramos lo que podríamos hacer con una calidez medio mejor. Nos dependemos. No reclamamos cariños. Ya tenemos los suficientes. Eso parece.
Con cuestiones supremas
Predecimos lo que no vamos a hacer. Nos hemos de dar fuerzas renovadas. Nos hemos de alimentar con cuestiones supremas.
Tiempo para querernos
Suscitamos pensamientos que nos han de reunir con señales de alturas medidas. Nos damos un tiempo para querernos.
Claves anteriores
Pienso en ti. Hemos abundado en cuestiones que nos condicionan. No hemos dado con las claves anteriores.
Compromisos
Te aviso de ese amor que nos quita bonificaciones. Mandamos compromisos que desmenuzan lo que somos.
Amores que nos definen
Nos hemos convencido de ser, de vivir, de poder quedarnos con dosis de amores que nos definen.
martes, 24 de agosto de 2010
"El hermoso duende"
Pregón del XXXI Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro
“El hermoso duende del flamenco ferreño”
Heme aquí, compañeros del alma, amigos muchos, conocidos otros, enamorados del flamenco la gran mayoría, dispuesto de corazón y con toda mi alma para dar el pistoletazo de salida en una nueva edición del Festival de Cante Flamenco de lo Ferro.
Confieso que me llena de orgullo estar en esta atalaya, en este altar del arte para significar su importancia, sus valores, sus tesoros intangibles. Reconozco también que me da un poco de pavor caer en el tópico, el no dejar huella entre aquellos que sois la muestra viva del sentimiento en estado puro. Es una oportunidad única, pero también un riesgo.
De momento os lanzo una pregunta que traigo con mucha humildad: ¿Dónde están los duendes flamencos de Lo Ferro? He preguntado en la misma puerta, y alguien me dice que apenas queda testimonio de una casa que, al parecer, los albergó, a los duendes, muy cerca de aquí. La cuestión es que quizá hablamos de otros duendes.
Bueno, que no quiero perderme, no tan pronto. Así, pues, con sentimientos ambivalentes y con la petición de una cierta benevolencia me dirijo a todos vosotros con el sabor de mis ancestros, con la pasión por ese “quejío” que es amor y encuentro, que es, sin duda, el flamenco, que sois todos vosotros.
Definir el alma no es fácil. Uno la experimenta, y ya está, ya vale. Los sentidos son los que son, e incluso son numerables en sus aspectos externos, pero internamente no hay dos iguales, porque no hay dos personas iguales. He ahí la dificultad de expresar qué es el arte, qué es el arte flamenco, qué es el sentimiento flamenco, definido, en una forma, como la exaltación y la agonía por los éxitos, por los fracasos, por los amores, por los desamores, por las voluntades que van y vienen.
Me es más sencillo hablar de lo visible, del escenario, de las gentes que han puesto en marcha, con una impecable organización, un certamen que sabe a gloria. Estáis ahí, y no quiero nombraros porque no quiero dejarme a ninguno sin mencionar.
Lo Ferro es pasión, Lo Ferro es fortaleza, Lo Ferro es silencio y parlamento, es todo eso en tonos diversos, apetecibles, entre sigilos y posturas que ennoblecen a quienes trabajaron las tierras, y con ellas cantaron y soñaron, y vivieron y se encerraron con finitas querencias que se plasman en su buen hacer, en su apertura al visitante. Tanto es así que recogieron las mieles de la historia para dar con este festival, que es familiar, que es salubre, que es cercano, que sabe a lo conocido. Por eso es un poco de todos.
Para mí, Lo Ferro es recordar mi infancia, a mis familiares, que vivían y viven muy cerca de aquí. Lo Ferro forma parte de esa geografía que indica cuáles fueron mis primeros sueños, que permanecen en los recovecos del corazón, que es bruma y deseo incluso con el paso de los años. Creo que me siento como en casa respirando los mismos átomos de familiares que trabajaron y lloraron la tierra, que se endulzaron con ella en los buenos años, que se apegaron a sus sentidos, a sus sequedades, a sus durezas, también a sus intermitentes destellos. Esta panorámica parece tener incluso las mismas caras del flamenco, que se duele y se alegra del paso ligero de una vida que tiene aristas cortantes y prendas magníficas que vestir.
Lo Ferro para mí
¡Ay, sí! Para mí, Lo Ferro es recordar a amigos que me enseñaron mucho, todo, que me hablaron cuando aprendía de mozo, que me consolidaron sus destrezas más estupendas. Vienen esas patrullas a menudo que nos aplican sus dones de excelencia. Siento la ternura de sus ojos conmigo, esta noche, con sus estrellas más o menos ocultas, con el dulzor de la Luna, con la belleza serena de quienes incluso no se hallan físicamente entre nosotros. El concepto tiempo y espacio no existe con la lógica matemática cuando hablamos de genuina amistad. Lo mismo le pasa al flamenco.
Y en esto me pregunto de nuevo por los duendes, los de Lo Ferro, sí. Confío en que alguien me indique. Hace años en unas fiestas locales conocí el duende de alguien que cantaba como la gloria. Los recuerdos se diluyen. Uno no quiere aferrarse a ellos.
Le preguntó el discípulo al maestro cuál era el camino. “No te referirás”, le contestó, “al que tienes ahí mismo”. Es la vida, señoras y señores, la que te enseña. Sólo con el tiempo, como el pececito, sabes qué es el océano. Lo que es el todo del principio se muda en el principio del todo, en el todo mismo, en lo que somos en definitiva. El agua, como el camino, como el aire, como los elementos fundamentales, los tenemos desde que llegamos al mundo, a esta dimensión, y es con el tiempo que los comprendemos.
El camino, sí, ése que emprendieron esos enamorados del flamenco hace 150 años cuando empezó a cerrarse como tal. Existió desde siempre, desde tiempos inmemoriales, pero fue hace un siglo y medio cuando empezó a crearse una escuela no escrita de palos y talentos, de escenarios en los salones de aquellos que, por nacimiento, por afición, por arraigo o desarraigo, se enfrentaron con la nobleza de un arte espontáneo, surgido del sentimiento en estado puro.
Décadas de idas y venidas, de palos de todo tipo, de cante hondo, de seguiriyas, de jaleos, de bulerías, de tarantas, de levantinas, de “soleás”, de dimes y diretes, de cantes de vuelta, de mineras, de saetas, de farrucas, de malagueñas, de sevillanas, de cartageneras, de sentimientos, de suspiros que han evolucionado en todas partes, más en donde el trabajador se enfrentaba con cierta melancolía y “cansera” a su menester de cada día.
Y en todo esto han aparecido unos locos que han consagrado sus carreras de cantaores, de bailaores, de guitarristas, de acompañantes de un cante que es gozo en un pozo de diversas densidades, que es navegación con un rumbo intuitivo que llamamos “duende”. ¡Ah, el duende! ¿Dónde estará?
No sé si los habitantes durante más de 300.000 años en la Sima de las Palomas advirtieron el valor del cante, de lo que es singularidad mayúscula venida desde lo más recóndito del corazón. Sí sé que lo Ferro se ha ganado un espacio, que ya no es humilde como sus gentes, que apunta unas señas de identidad como pocos certámenes en el mundo flamenco. Apenas sus cientos de habitantes aciertan cada año en lo que es una labor titánica. Son muy pocos para remar en la misma dirección y hacer algo grande, pero lo hacen.
Vitalidad del Festival
Y por eso, en esta edición en concreto, podemos destacar sus más de 50 aspirantes, que son la media de cada año, dispuestos a ganar el Melón de Oro. Por cierto, cada vez lo obtienen artistas más jóvenes, que luego ganan en otros festivales de igual reputación, o incluso de más solera (son apenas dos o tres más). Y aquí no sólo se descubren jóvenes: también se destaca como en ningún otro lugar el papel de la mujer que canta y que baila y que aquí, en lo Ferro, con siglos de pasión a sus espaldas, saben interpretar como en pocos lugares. Será, indudablemente, el duende, que vive aquí. Lo vemos cada noche, como lo veremos en sucesivas noches, durante toda esta semana, en las capacidades de los 12 cantaores que han quedado finalistas.
La ilusión está aquí, aunque suene a tópico, en estado puro. Como anticipo de ella tienen esta noche, con el permiso de los demás, a Victoria Cava, una alumna aventajada y que supera al maestro en todo y que nos hará un regalo muy especial con interpretaciones cargadas de garganta, de técnica y de brillo y presencia. Un don para los sentidos, para los aficionados. Es uno de esos jóvenes talentos que defiende Lo Ferro a capa y espada.
Ella también nos acompañará en Octubre en el segundo encuentro dedicado al flamenco y a los medios de comunicación, un curso, un taller donde vendrán reconocidos expertos y teóricos del flamenco, pero también artistas que, en el día a día, nos ofrecen un cante tan ancestral como en plena ebullición y evolución. Hasta en eso Lo Ferro, Torre Pacheco, ha sido una adelantada, pues fue la primera en ofertar un curso de este género, el que se dio hace dos años, y ya le han salido imitadores, lo cual quiere decir que vamos por el buen camino. Este año el curso tendrá créditos europeos de libre configuración, como un incentivo más para el ambiente universitario.
Más dudas. ¿Qué os puedo contar yo sobre el flamenco que no sepáis? Estoy aquí por mi cercanía con los que saben, por el amor que les profeso. Ellos son testigos de mi devoción, y por eso me han colocado esta noche ante vosotros, ante ustedes. Reconozco que el orgullo por poder venir a continuar aprendiendo me embarga y me ubica en una nave especial donde la comunión en lo personal y en lo espiritual es el todo.
Para mí, el flamenco es perfecto, es el “summun” en la búsqueda de las raíces de unos ancestros que vinieron de los cuatro costados de la piel de toro, encontrando en este campo de Cartagena las razones de un crisol histórico donde no faltan ni razas, ni credos, ni pareceres, integrados todos ellos con lo mejor para entenderse: la palabra, y, más que eso, la palabra cantada. A ello unimos la sencillez de los términos, de las rimas, junto con el esfuerzo para pronunciar la queja o la alegría, para ese “quejío” interno que saca el duende y la naturaleza de unos seres humanos curtidos en la esperanza, en el dolor, en la entrega, en el afán de superación, en el anhelo por vivir, por sobrevivir, por dejar sus huellas.
Arte del pueblo
Todos sabéis tan bien como yo que nos hallamos ante un arte que reconoce como pocos el valor del pueblo llano, el valor de los que se quitan el hierro pesado de un destino que destapa el peso del trabajo, de los valores, de los sentimientos, y resuena como ningún otro a lo largo de la historia, superando barreras y organizando un destino universal en forma de cánticos que se entienden en toda época y lugar. Tanto es así que, en esta época de Internet, es uno de los cantes más conocidos en el planeta Tierra.
Además, sus diversos palos nos recuerdan su capacidad para adaptarse, para amoldarse, a estados de ánimo, a interpretaciones y a momentos. Tan versátil es que, hoy en día, se entrega a mestizajes y maridajes con la naturalidad de los grandes géneros musicales, y lo hace con una hermosura que es difícil de superar.
Hablaban Unamuno y Pío Baroja, en su ámbito literario, de una cierta escritura intuitiva y sin una técnica determinada. En el fondo, aunque ellos no fueran conscientes, había mucha técnica en sus obras. Lo mismo ocurre en el flamenco, que tiene reminiscencias con cánticos de diversos puntos africanos, que se encuentra en diversos períodos históricos de nuestra España más universal, que golpea instrumentos y corazones como lo hacen otros géneros, como el propio Jazz, y que se ha nutrido en sus idas y sus vueltas entre fronteras escritas o no definidas con el continente americano. El reto desde siempre ha sido bello, extraordinario, ingente. La cosecha lo ha sido igualmente.
Lo que sí está claro es que ha tomado, el flamenco, lo mejor de los sentimientos de los últimos, de lo que iban a ser olvidados por la pobreza o por las desigualdades que fomentamos o consentimos los seres humanos. La solidaridad del cante flamenco ha sacado, desde sus orígenes, del ostracismo a quienes estaban condenados al olvido, en el cual no cayeron por unos cantes que recuperaron la dignidad que quiso robarles un destino cruel, superado gracias a los golpeteos de una música que superó la desesperanza y sacó rabia contenida direccionándola hacia un estado de mejoría singular. La receta, la mejor receta, fue el flamenco.
La vida es transformación. Nada queda quieto. Eso decía Heráclito, quien nos recordaba que “no podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Aunque nada permanece, en Lo Ferro sí quedan las raíces de quienes lo hicieron posible, de los Escudero, de los Rocas, de los anónimos, de los Juanito Valderrama, de los que mostraron talento artístico con unos carteles extraordinarios, como lo es este año el realizado por mi amiga Joaquina Illán, a la que adoro. ¡Cómo le baila a la Luna querida!
Pasión flamenca
Bebamos en su honor el mejor elixir. Seamos sensaciones y puros sentidos en este negociado que abrimos esta noche, en esta 31 edición. Comenzamos la cuarta década de un certamen que abriga sinceras y genuinas esperanzas, más que fortalecidas ellas, sobre el futuro del arte flamenco, de su salubridad, de su diseño y expansión. Suenan campanas, escribí para Victoria, que está predestinada por su nombre a llevar con letras bien altas y bonitas un arte que alberga, como sus padres y hermana, bien adentro, marcado por la pasión y el afán de superación.
El duende del flamenco -me dicen ahora- deambula estas noches por lo Ferro, donde ha venido a recitar palabras llenas de encuentro y de amor, así como de música celestial de la mano de palmeros y guitarristas, y de otros acompañantes instrumentales. Todo, esta noche, es fruto de la casualidad, de ésa que no existe, por la que durante treinta años llevan laborando ferreños y entusiastas de Torre Pacheco, e incluso de otros lugares, para que este certamen lleve el mejor cuño posible, que lo porta, como han podido constatar.
Flamenco es unión, es familia. En Lo Ferro, lo saben, y lo practican. Por eso, este año rinde homenaje al certamen mayor del flamenco, a su hermano mayor, a La Unión, con sus 50 años de festival a cuestas, con 150 de municipio, y con siglos de historia que conmueven y sirven de crisol, como hace el propio arte flamenco. Es un buen referente.
Prueba de que los ferreños son una familia, es que una familia, y luego otra, y más tarde, otras, y, hoy en día, otras, todas juntas, con sus apellidos, con sus fuerzas, con su tiempo, con su dedicación, han hecho y hacen posible un certamen que ha crecido con reconocimientos y con un arte extraordinario, con mucho arte. En varias ocasiones han descubierto el talento que luego se ha corroborado en otros festivales flamencos, como ya se ha dicho. Es que, en Lo Ferro, tienen alma de pioneros.
Aquí, creen, como pocos, en las generaciones más jóvenes, y por esto tienen su propia escuela, que miman, que cultivan, y por eso llegan muy lejos con todo lo que saben hacer. El reconocimiento internacional ya no es algo excepcional.
Y son solidarios: ningún otro certamen tiene la patente reconocida con la leyenda flamenco solidario. Lo han demostrado en todos sus años de historia, recabando fondos para ONG´s y para numerosas organizaciones y entidades entregadas a la sociedad. Este mismo año han organizado una gala a favor de Haití, y esta semana dirigirán sus desvelos, sus voces y el dinero que se obtenga para el fomento de buenos menesteres.
El Festival tuvo acierto en los comienzos, acierto para continuar, acierto para los nombres de los premios, acierto para los presentadores y los jurados que por aquí han pasado. Son, han sido, y serán magníficos. Además, el gran premio, el melón de oro, es un galardón de gran reputación que da sabia a quienes lo ganan y que muestra el orgullo que sienten los paisanos del lugar por uno de sus productos emblemáticos, el melón, con una denominación de origen tan especial como el sello de los cantes que por aquí surgen y resurgen, y se expanden.
Muchos triunfadores
Los nombres de quienes han triunfado son numerosos. Y de quienes los han contemplado también. Hay nombres con mayúsculas sociales, esto es, de esos conocidos, como la Duquesa de Alba, pero destacan, fundamentalmente, los anónimos, los desconocidos, aquellos que hacen que la intrahistoria se desarrolle y sea del nivel tan alto como hallamos por estos lares. No podía imaginar Vicente Ferro cuando fundó el paraje que esta localidad iba a tener la altura de miras y la proyección de la que ahora hacemos gala. Es cierto que la historia hunde profundas y profusas raíces en este emplazamiento, donde ya hubo asentamientos romanos y de otra índole antes y después. La cercanía del mar y la riqueza de estas tierras siempre fueron focos de atracción y de deseo. Sin embargo, es en la actualidad cuando adquiere un fulgor especial por el paso del arte y el tronío de especiales estrellas de una expresión que no tiene, por fortuna, fronteras que le detenga.
Y qué me dicen de su palo flamenco que ha maravillado hasta al propio Juanito Valderrama, quien se subraya como su inventor. Tiene tono, tiene talento, tiene duende, de todo un poco, y así, con humildad llega a quien escucha.
Y, en el final, vuelve la pregunta: ¿Dónde se hallarán los dichosos duendes? Ustedes saben, como yo, que están en cada uno de cuantos nos visitan, de cuantos han hecho posible que el cante siga, que estos cantaores y bailaores continúen adelante. Ustedes tienen el duende, ustedes son el duende, y yo, humildemente, en este pregón que será lo que tenga que ser, he venido, con el corazón en la mano, para darles las gracias por descubrírmelo cada vez que vengo a este lugar, que, con su permiso, considero un poco mío.
¡Que comience, pues, la música, que suenen las voces, que se oigan los corazones! Se inicia la 31 edición del Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro. Que todos lo sepan. Buenas noches.
Juan TOMÁS FRUTOS.
“El hermoso duende del flamenco ferreño”
Heme aquí, compañeros del alma, amigos muchos, conocidos otros, enamorados del flamenco la gran mayoría, dispuesto de corazón y con toda mi alma para dar el pistoletazo de salida en una nueva edición del Festival de Cante Flamenco de lo Ferro.
Confieso que me llena de orgullo estar en esta atalaya, en este altar del arte para significar su importancia, sus valores, sus tesoros intangibles. Reconozco también que me da un poco de pavor caer en el tópico, el no dejar huella entre aquellos que sois la muestra viva del sentimiento en estado puro. Es una oportunidad única, pero también un riesgo.
De momento os lanzo una pregunta que traigo con mucha humildad: ¿Dónde están los duendes flamencos de Lo Ferro? He preguntado en la misma puerta, y alguien me dice que apenas queda testimonio de una casa que, al parecer, los albergó, a los duendes, muy cerca de aquí. La cuestión es que quizá hablamos de otros duendes.
Bueno, que no quiero perderme, no tan pronto. Así, pues, con sentimientos ambivalentes y con la petición de una cierta benevolencia me dirijo a todos vosotros con el sabor de mis ancestros, con la pasión por ese “quejío” que es amor y encuentro, que es, sin duda, el flamenco, que sois todos vosotros.
Definir el alma no es fácil. Uno la experimenta, y ya está, ya vale. Los sentidos son los que son, e incluso son numerables en sus aspectos externos, pero internamente no hay dos iguales, porque no hay dos personas iguales. He ahí la dificultad de expresar qué es el arte, qué es el arte flamenco, qué es el sentimiento flamenco, definido, en una forma, como la exaltación y la agonía por los éxitos, por los fracasos, por los amores, por los desamores, por las voluntades que van y vienen.
Me es más sencillo hablar de lo visible, del escenario, de las gentes que han puesto en marcha, con una impecable organización, un certamen que sabe a gloria. Estáis ahí, y no quiero nombraros porque no quiero dejarme a ninguno sin mencionar.
Lo Ferro es pasión, Lo Ferro es fortaleza, Lo Ferro es silencio y parlamento, es todo eso en tonos diversos, apetecibles, entre sigilos y posturas que ennoblecen a quienes trabajaron las tierras, y con ellas cantaron y soñaron, y vivieron y se encerraron con finitas querencias que se plasman en su buen hacer, en su apertura al visitante. Tanto es así que recogieron las mieles de la historia para dar con este festival, que es familiar, que es salubre, que es cercano, que sabe a lo conocido. Por eso es un poco de todos.
Para mí, Lo Ferro es recordar mi infancia, a mis familiares, que vivían y viven muy cerca de aquí. Lo Ferro forma parte de esa geografía que indica cuáles fueron mis primeros sueños, que permanecen en los recovecos del corazón, que es bruma y deseo incluso con el paso de los años. Creo que me siento como en casa respirando los mismos átomos de familiares que trabajaron y lloraron la tierra, que se endulzaron con ella en los buenos años, que se apegaron a sus sentidos, a sus sequedades, a sus durezas, también a sus intermitentes destellos. Esta panorámica parece tener incluso las mismas caras del flamenco, que se duele y se alegra del paso ligero de una vida que tiene aristas cortantes y prendas magníficas que vestir.
Lo Ferro para mí
¡Ay, sí! Para mí, Lo Ferro es recordar a amigos que me enseñaron mucho, todo, que me hablaron cuando aprendía de mozo, que me consolidaron sus destrezas más estupendas. Vienen esas patrullas a menudo que nos aplican sus dones de excelencia. Siento la ternura de sus ojos conmigo, esta noche, con sus estrellas más o menos ocultas, con el dulzor de la Luna, con la belleza serena de quienes incluso no se hallan físicamente entre nosotros. El concepto tiempo y espacio no existe con la lógica matemática cuando hablamos de genuina amistad. Lo mismo le pasa al flamenco.
Y en esto me pregunto de nuevo por los duendes, los de Lo Ferro, sí. Confío en que alguien me indique. Hace años en unas fiestas locales conocí el duende de alguien que cantaba como la gloria. Los recuerdos se diluyen. Uno no quiere aferrarse a ellos.
Le preguntó el discípulo al maestro cuál era el camino. “No te referirás”, le contestó, “al que tienes ahí mismo”. Es la vida, señoras y señores, la que te enseña. Sólo con el tiempo, como el pececito, sabes qué es el océano. Lo que es el todo del principio se muda en el principio del todo, en el todo mismo, en lo que somos en definitiva. El agua, como el camino, como el aire, como los elementos fundamentales, los tenemos desde que llegamos al mundo, a esta dimensión, y es con el tiempo que los comprendemos.
El camino, sí, ése que emprendieron esos enamorados del flamenco hace 150 años cuando empezó a cerrarse como tal. Existió desde siempre, desde tiempos inmemoriales, pero fue hace un siglo y medio cuando empezó a crearse una escuela no escrita de palos y talentos, de escenarios en los salones de aquellos que, por nacimiento, por afición, por arraigo o desarraigo, se enfrentaron con la nobleza de un arte espontáneo, surgido del sentimiento en estado puro.
Décadas de idas y venidas, de palos de todo tipo, de cante hondo, de seguiriyas, de jaleos, de bulerías, de tarantas, de levantinas, de “soleás”, de dimes y diretes, de cantes de vuelta, de mineras, de saetas, de farrucas, de malagueñas, de sevillanas, de cartageneras, de sentimientos, de suspiros que han evolucionado en todas partes, más en donde el trabajador se enfrentaba con cierta melancolía y “cansera” a su menester de cada día.
Y en todo esto han aparecido unos locos que han consagrado sus carreras de cantaores, de bailaores, de guitarristas, de acompañantes de un cante que es gozo en un pozo de diversas densidades, que es navegación con un rumbo intuitivo que llamamos “duende”. ¡Ah, el duende! ¿Dónde estará?
No sé si los habitantes durante más de 300.000 años en la Sima de las Palomas advirtieron el valor del cante, de lo que es singularidad mayúscula venida desde lo más recóndito del corazón. Sí sé que lo Ferro se ha ganado un espacio, que ya no es humilde como sus gentes, que apunta unas señas de identidad como pocos certámenes en el mundo flamenco. Apenas sus cientos de habitantes aciertan cada año en lo que es una labor titánica. Son muy pocos para remar en la misma dirección y hacer algo grande, pero lo hacen.
Vitalidad del Festival
Y por eso, en esta edición en concreto, podemos destacar sus más de 50 aspirantes, que son la media de cada año, dispuestos a ganar el Melón de Oro. Por cierto, cada vez lo obtienen artistas más jóvenes, que luego ganan en otros festivales de igual reputación, o incluso de más solera (son apenas dos o tres más). Y aquí no sólo se descubren jóvenes: también se destaca como en ningún otro lugar el papel de la mujer que canta y que baila y que aquí, en lo Ferro, con siglos de pasión a sus espaldas, saben interpretar como en pocos lugares. Será, indudablemente, el duende, que vive aquí. Lo vemos cada noche, como lo veremos en sucesivas noches, durante toda esta semana, en las capacidades de los 12 cantaores que han quedado finalistas.
La ilusión está aquí, aunque suene a tópico, en estado puro. Como anticipo de ella tienen esta noche, con el permiso de los demás, a Victoria Cava, una alumna aventajada y que supera al maestro en todo y que nos hará un regalo muy especial con interpretaciones cargadas de garganta, de técnica y de brillo y presencia. Un don para los sentidos, para los aficionados. Es uno de esos jóvenes talentos que defiende Lo Ferro a capa y espada.
Ella también nos acompañará en Octubre en el segundo encuentro dedicado al flamenco y a los medios de comunicación, un curso, un taller donde vendrán reconocidos expertos y teóricos del flamenco, pero también artistas que, en el día a día, nos ofrecen un cante tan ancestral como en plena ebullición y evolución. Hasta en eso Lo Ferro, Torre Pacheco, ha sido una adelantada, pues fue la primera en ofertar un curso de este género, el que se dio hace dos años, y ya le han salido imitadores, lo cual quiere decir que vamos por el buen camino. Este año el curso tendrá créditos europeos de libre configuración, como un incentivo más para el ambiente universitario.
Más dudas. ¿Qué os puedo contar yo sobre el flamenco que no sepáis? Estoy aquí por mi cercanía con los que saben, por el amor que les profeso. Ellos son testigos de mi devoción, y por eso me han colocado esta noche ante vosotros, ante ustedes. Reconozco que el orgullo por poder venir a continuar aprendiendo me embarga y me ubica en una nave especial donde la comunión en lo personal y en lo espiritual es el todo.
Para mí, el flamenco es perfecto, es el “summun” en la búsqueda de las raíces de unos ancestros que vinieron de los cuatro costados de la piel de toro, encontrando en este campo de Cartagena las razones de un crisol histórico donde no faltan ni razas, ni credos, ni pareceres, integrados todos ellos con lo mejor para entenderse: la palabra, y, más que eso, la palabra cantada. A ello unimos la sencillez de los términos, de las rimas, junto con el esfuerzo para pronunciar la queja o la alegría, para ese “quejío” interno que saca el duende y la naturaleza de unos seres humanos curtidos en la esperanza, en el dolor, en la entrega, en el afán de superación, en el anhelo por vivir, por sobrevivir, por dejar sus huellas.
Arte del pueblo
Todos sabéis tan bien como yo que nos hallamos ante un arte que reconoce como pocos el valor del pueblo llano, el valor de los que se quitan el hierro pesado de un destino que destapa el peso del trabajo, de los valores, de los sentimientos, y resuena como ningún otro a lo largo de la historia, superando barreras y organizando un destino universal en forma de cánticos que se entienden en toda época y lugar. Tanto es así que, en esta época de Internet, es uno de los cantes más conocidos en el planeta Tierra.
Además, sus diversos palos nos recuerdan su capacidad para adaptarse, para amoldarse, a estados de ánimo, a interpretaciones y a momentos. Tan versátil es que, hoy en día, se entrega a mestizajes y maridajes con la naturalidad de los grandes géneros musicales, y lo hace con una hermosura que es difícil de superar.
Hablaban Unamuno y Pío Baroja, en su ámbito literario, de una cierta escritura intuitiva y sin una técnica determinada. En el fondo, aunque ellos no fueran conscientes, había mucha técnica en sus obras. Lo mismo ocurre en el flamenco, que tiene reminiscencias con cánticos de diversos puntos africanos, que se encuentra en diversos períodos históricos de nuestra España más universal, que golpea instrumentos y corazones como lo hacen otros géneros, como el propio Jazz, y que se ha nutrido en sus idas y sus vueltas entre fronteras escritas o no definidas con el continente americano. El reto desde siempre ha sido bello, extraordinario, ingente. La cosecha lo ha sido igualmente.
Lo que sí está claro es que ha tomado, el flamenco, lo mejor de los sentimientos de los últimos, de lo que iban a ser olvidados por la pobreza o por las desigualdades que fomentamos o consentimos los seres humanos. La solidaridad del cante flamenco ha sacado, desde sus orígenes, del ostracismo a quienes estaban condenados al olvido, en el cual no cayeron por unos cantes que recuperaron la dignidad que quiso robarles un destino cruel, superado gracias a los golpeteos de una música que superó la desesperanza y sacó rabia contenida direccionándola hacia un estado de mejoría singular. La receta, la mejor receta, fue el flamenco.
La vida es transformación. Nada queda quieto. Eso decía Heráclito, quien nos recordaba que “no podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Aunque nada permanece, en Lo Ferro sí quedan las raíces de quienes lo hicieron posible, de los Escudero, de los Rocas, de los anónimos, de los Juanito Valderrama, de los que mostraron talento artístico con unos carteles extraordinarios, como lo es este año el realizado por mi amiga Joaquina Illán, a la que adoro. ¡Cómo le baila a la Luna querida!
Pasión flamenca
Bebamos en su honor el mejor elixir. Seamos sensaciones y puros sentidos en este negociado que abrimos esta noche, en esta 31 edición. Comenzamos la cuarta década de un certamen que abriga sinceras y genuinas esperanzas, más que fortalecidas ellas, sobre el futuro del arte flamenco, de su salubridad, de su diseño y expansión. Suenan campanas, escribí para Victoria, que está predestinada por su nombre a llevar con letras bien altas y bonitas un arte que alberga, como sus padres y hermana, bien adentro, marcado por la pasión y el afán de superación.
El duende del flamenco -me dicen ahora- deambula estas noches por lo Ferro, donde ha venido a recitar palabras llenas de encuentro y de amor, así como de música celestial de la mano de palmeros y guitarristas, y de otros acompañantes instrumentales. Todo, esta noche, es fruto de la casualidad, de ésa que no existe, por la que durante treinta años llevan laborando ferreños y entusiastas de Torre Pacheco, e incluso de otros lugares, para que este certamen lleve el mejor cuño posible, que lo porta, como han podido constatar.
Flamenco es unión, es familia. En Lo Ferro, lo saben, y lo practican. Por eso, este año rinde homenaje al certamen mayor del flamenco, a su hermano mayor, a La Unión, con sus 50 años de festival a cuestas, con 150 de municipio, y con siglos de historia que conmueven y sirven de crisol, como hace el propio arte flamenco. Es un buen referente.
Prueba de que los ferreños son una familia, es que una familia, y luego otra, y más tarde, otras, y, hoy en día, otras, todas juntas, con sus apellidos, con sus fuerzas, con su tiempo, con su dedicación, han hecho y hacen posible un certamen que ha crecido con reconocimientos y con un arte extraordinario, con mucho arte. En varias ocasiones han descubierto el talento que luego se ha corroborado en otros festivales flamencos, como ya se ha dicho. Es que, en Lo Ferro, tienen alma de pioneros.
Aquí, creen, como pocos, en las generaciones más jóvenes, y por esto tienen su propia escuela, que miman, que cultivan, y por eso llegan muy lejos con todo lo que saben hacer. El reconocimiento internacional ya no es algo excepcional.
Y son solidarios: ningún otro certamen tiene la patente reconocida con la leyenda flamenco solidario. Lo han demostrado en todos sus años de historia, recabando fondos para ONG´s y para numerosas organizaciones y entidades entregadas a la sociedad. Este mismo año han organizado una gala a favor de Haití, y esta semana dirigirán sus desvelos, sus voces y el dinero que se obtenga para el fomento de buenos menesteres.
El Festival tuvo acierto en los comienzos, acierto para continuar, acierto para los nombres de los premios, acierto para los presentadores y los jurados que por aquí han pasado. Son, han sido, y serán magníficos. Además, el gran premio, el melón de oro, es un galardón de gran reputación que da sabia a quienes lo ganan y que muestra el orgullo que sienten los paisanos del lugar por uno de sus productos emblemáticos, el melón, con una denominación de origen tan especial como el sello de los cantes que por aquí surgen y resurgen, y se expanden.
Muchos triunfadores
Los nombres de quienes han triunfado son numerosos. Y de quienes los han contemplado también. Hay nombres con mayúsculas sociales, esto es, de esos conocidos, como la Duquesa de Alba, pero destacan, fundamentalmente, los anónimos, los desconocidos, aquellos que hacen que la intrahistoria se desarrolle y sea del nivel tan alto como hallamos por estos lares. No podía imaginar Vicente Ferro cuando fundó el paraje que esta localidad iba a tener la altura de miras y la proyección de la que ahora hacemos gala. Es cierto que la historia hunde profundas y profusas raíces en este emplazamiento, donde ya hubo asentamientos romanos y de otra índole antes y después. La cercanía del mar y la riqueza de estas tierras siempre fueron focos de atracción y de deseo. Sin embargo, es en la actualidad cuando adquiere un fulgor especial por el paso del arte y el tronío de especiales estrellas de una expresión que no tiene, por fortuna, fronteras que le detenga.
Y qué me dicen de su palo flamenco que ha maravillado hasta al propio Juanito Valderrama, quien se subraya como su inventor. Tiene tono, tiene talento, tiene duende, de todo un poco, y así, con humildad llega a quien escucha.
Y, en el final, vuelve la pregunta: ¿Dónde se hallarán los dichosos duendes? Ustedes saben, como yo, que están en cada uno de cuantos nos visitan, de cuantos han hecho posible que el cante siga, que estos cantaores y bailaores continúen adelante. Ustedes tienen el duende, ustedes son el duende, y yo, humildemente, en este pregón que será lo que tenga que ser, he venido, con el corazón en la mano, para darles las gracias por descubrírmelo cada vez que vengo a este lugar, que, con su permiso, considero un poco mío.
¡Que comience, pues, la música, que suenen las voces, que se oigan los corazones! Se inicia la 31 edición del Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro. Que todos lo sepan. Buenas noches.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No es cuestión
No podemos ver con facilidad lo que está tan lejano. Lo dejamos hace tiempo y ahora no es cuestión de horas.
Reconocer quién eres
Estamos bien, o eso parece, y todo te lo debo a ti. Creo que hace tiempo que debi reconocer quién eres.
A negociar
Separemos algunas emociones y digamos todo cuanto nos viene con la razón medio supuesta. Nos pondremos a negociar en otra ocasión.
No dudes
Dime de todo, dime que sí, y llega a mí, que te espero. No dudes de mi amor, que te entrego.
Profundidades
Me otorgas esos beneficios que son más dudas entre eternas amistades que nos abocan a las profundidades.
Dibujar el amor
Todo nos compromete con este amor, que ha costado mucho mantener y que ahora hemos de dibujar.
Generosas visiones de la realidad
Miremos con abundancia de ideas, con apertura de mente y de espíritu. Todo es posible cuando nos mueve un buen fin. Debe ser así. Lo que aparece al principio marca entendimientos con los que hemos de crecer en simpatía y entendimiento. Planteamos las evoluciones con actividades que nos conducen muy lejos de aquí. Nos hemos llenado de preferencias con las que nos iremos marchando de verdad todo lo lejos que podamos. Hagamos caso a esos corazones que nos han de ablandar las señales para dar, más pronto o más tarde, con esos fundamentos que nos deben permitir ultimar las sensaciones más queridas.
Hagamos todo cuanto podamos con el corazón y separemos motivos de todo tipo con indicios más o menos estimables. Nos hemos de enamorar de lo que sucede con unos entusiasmos más o menos sinceros. No sigamos por estelas que apenas nos dejan ver los mares de zonas sureñas. Signifiquemos todo con unas miradas que han de socorrer los espacios en los que nos trasladaremos entre diestras posibilidades.
Prediquemos con esos trigos que nos han de señalizar los buenos momentos con los que construir las redes de unas sociedades que han de alimentar las preferencias más divinas. Vayamos hacia esas sombras que hemos de iluminar con las causas menos entendibles, pero que definirán bien lo que somos. Los cansados deseos nos deben dar las gracias con unas miradas más que sorprendentes. Simulemos con las gratitudes que han de extenderse con espontaneidad.
Cubramos con experiencias dichosas las etapas de conformaciones más o menos reales y simpáticas. Nos hemos de quedar entre aboliciones de tristezas. Gestemos los pasos idóneos para abocarnos a la felicidad con las versiones de antaño. Prefiramos ser con unas consistencias de palabras elevadas y con unas consultas que nos dirán si podemos, que seguro que así será. Vayamos despacio para vestirnos sin prisas. Nos hemos de insistir con unas consistentes figuraciones de transmisiones de genuinas paces.
La existencia se colma de anticipos con los que poder navegar un día y otro todo lo lejos que podamos. Nos hemos de tomar esa calma que nos aparte de los precipicios de esos tiempos más o menos tempestuosos, de los que también hemos de aprender. Seamos con esa bondad más o menos manifiesta. Los elementos que intervienen en los procesos comunicativos son numerosos. Se trata de gestionarlos bien. Los anticipos en la comunicación plasman grandes y generosas visiones de la realidad. Éstas se adquieren, no lo dudemos, con mucha práctica y con toda la paciencia que podamos sostener.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Hagamos todo cuanto podamos con el corazón y separemos motivos de todo tipo con indicios más o menos estimables. Nos hemos de enamorar de lo que sucede con unos entusiasmos más o menos sinceros. No sigamos por estelas que apenas nos dejan ver los mares de zonas sureñas. Signifiquemos todo con unas miradas que han de socorrer los espacios en los que nos trasladaremos entre diestras posibilidades.
Prediquemos con esos trigos que nos han de señalizar los buenos momentos con los que construir las redes de unas sociedades que han de alimentar las preferencias más divinas. Vayamos hacia esas sombras que hemos de iluminar con las causas menos entendibles, pero que definirán bien lo que somos. Los cansados deseos nos deben dar las gracias con unas miradas más que sorprendentes. Simulemos con las gratitudes que han de extenderse con espontaneidad.
Cubramos con experiencias dichosas las etapas de conformaciones más o menos reales y simpáticas. Nos hemos de quedar entre aboliciones de tristezas. Gestemos los pasos idóneos para abocarnos a la felicidad con las versiones de antaño. Prefiramos ser con unas consistencias de palabras elevadas y con unas consultas que nos dirán si podemos, que seguro que así será. Vayamos despacio para vestirnos sin prisas. Nos hemos de insistir con unas consistentes figuraciones de transmisiones de genuinas paces.
La existencia se colma de anticipos con los que poder navegar un día y otro todo lo lejos que podamos. Nos hemos de tomar esa calma que nos aparte de los precipicios de esos tiempos más o menos tempestuosos, de los que también hemos de aprender. Seamos con esa bondad más o menos manifiesta. Los elementos que intervienen en los procesos comunicativos son numerosos. Se trata de gestionarlos bien. Los anticipos en la comunicación plasman grandes y generosas visiones de la realidad. Éstas se adquieren, no lo dudemos, con mucha práctica y con toda la paciencia que podamos sostener.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Eternas opciones
Acecho por esos corazones que me pueden enseñar algo. No vivamos de eternas opciones, y, con riesgo, asumamos alguna.
No terminamos de ver
Eres todo para mí en esta entelequia que me pone en trances que no terminamos de ver como al inicio.
Hemos adivinado las palabras
Suspendemos las miradas en los momentos que consideramos cruciales. Hemos adivinado las palabras que queremos pronunciar.
Sin indicios finalistas
Tengamos la fiesta en paz con unas caricias que nos aligerarán los anhelos más nobles de una libertad sin indicios finalistas.
Misiones posibles
Amamantamos diversiones con las que corremos de un lugar a otro en busca de misiones que haremos posibles.
Instante de pasión
Hemos acertado con meditaciones que nos aclaman con sus ordenanzas más lindas. Nos quedamos con todo el instante de pasión.
Noche gloriosa
Miramos hacia ese momento que es fuerza con una negación de lo que es en la noche más gloriosa.
No con las voluntades
Eres todo mi espacio. Nos regamos de amores. No hemos dado con las voluntades de antaño.
Perderemos, ganaremos
Nos quedamos en esa partida que no sabemos si finalizar. Hagamos lo que hagamos suena a que algo perderemos. También ganaremos.
Verdades amorosas
Nos tenemos que pedir menos cansancio. Nos medimos con unas razones que son. No hemos viajado al origen de las verdades amorosas.
Momentos asegurados
Te aseguro mis momentos. Nos hemos pedido unas órdenes que servirán de sugerencias. Nos mostramos activos.
No perder el cariño
Tenemos que decirnos lo que sentimos. Nos pertenecemos. Hemos pactado unas fuerzas para no perder el cariño. Adelantamos.
Con actos de amor
Enjugamos esas lágrimas que nos hacen sufrir con unas verdades que son. Nos ocupamos con actos de amor.
Verdades queridas
Los olvidos son. No hemos aguardado en los momentos que podían ser de tránsito. Nos hemos puesto en el sitio. La vida es. Nos ubicamos en las verdades más queridas.
Esperanzas de antaño
Nos aseguramos con asuntos que no podemos ni definir. Hemos asegurado las esperanzas de antaño.
La experiencia especializada
Sentimos el amor más auténtico. Nos recordamos con las gracias que haremos eternas. Tendremos la sabiduría de la experiencia más especializada.
Comienzos repetidos
Pasa de todo y de nada. Tenemos que relativizar las vidas que nos envuelven con sus comienzos repetidos.
A las nubes más bonitas
Nos transportamos a un mundo de experiencias con las que nos subiremos a las nubes más bonitas.
No en lo de antes
Creemos en esas fortunas que nos conducen por vericuetos que nos dan todo y nada. Gozamos sin vivir en lo de antes.
Millones de besos
Nos solicitamos tiempos que ya no han de ser tan complicados o difíciles como otros señalan. Nos damos millones de besos.
Hasta donde pueda ser
Volveremos con unas separaciones que nos darán con mensajes que nos llegarán hasta donde pueda ser.
Con experiencias hermosas
Vivimos el cariño que nos asalta con sus ajustes más estupendos. Nos hemos puesto a vivir y a actuar con experiencias hermosas.
De muchos apuros
Existimos con ese cariño que antes nos sacó de muchos apuros. Nos subrayamos apariencias que vamos a transformar en verdades.
Sin riesgos
Volveremos para confesarnos con unas afirmaciones que son ya salud y finalidad. Nos entendemos sin riesgos.
A gala
Nos tenemos que abandonar con unas secuencias de preferencias que alardean de estandartes que llevamos a gala.
Ni mejores ni peores
Vivimos con optimismo, lo cual nos aumenta los anhelos con resortes que no son ni mejores ni peores.
Los momentos estelares
Negociamos las vidas. Nos reducimos con anteriores indicios que son. No hemos dado con los momentos estelares.
Señalizadas
Tendremos que esperar con simbologías que son conceptos que nos apenan por las guardas señalizadas.
Lo que nos gusta tanto
Sopla la vida con sus trasiegos más hermosos. Hemos ayunado para no ver lo que nos gusta tanto.
Tiempos que son
Nos felicitamos con rondas que nos aclaman con sus pretensiones más lindas. Hemos avisado de tiempos que son.
Los más necesitados
Eres todo en este mundo de contribuciones que son. Nos hemos puesto en ese todo que completa el círculo. Nos honramos. Hemos acudido a los corazones más necesitados.
Descanso que nace
Te observo con el calor del momento, que nos consuela con negaciones del descanso que nace.
Rutas magníficas
Vivimos lo cálido, lo pequeño, lo que es disisa de vectores que nos declaran las rutas más magníficas. Nos alimentamos.
A lo más alto
Continuamos. Hemos cruzado palabras que aparecen con visiones maravillosas. Nos hemos ido a lo más alto.
Gravedades extrañas
Juntamos características que son más que mansas. Nos protegemos. No hemos ido con gravedades extrañas.
En otras existencias
Apareces con una moral que has de mantener bien alta. Nos sentimos compatibles. No hemos sido en otras existencias.
Enseñan y señalan
Vivimos la humedad de un deseo que nos hace todo y nada en un mundo de afectos que nos enseñan y señalan.
Señalados
Campamos por fueros que nos hacen seguir con una parte casi sencilla. Nos hemos señalado con amor.
Un poco ensimismados
Nos ponemos entre fuegos que nos liberan con sus normas más o menos explícitas. Nos quedamos un poco ensimismados.
Exclusivas de amor
Reivindico las maravillas que me exponen a razones que son exclusivas de amor. Nos hemos liberado.
Esperar
Tengo que ir con peticiones que nos hacen partícipes de los anhelos casi perfectos. Tendremos que esperar.
Con mucho afán
Me confieso emocionado por todo cuanto dices. No podemos señalar otro sí. Nos servimos con mucho afán.
lunes, 23 de agosto de 2010
Clarividencias comunicativas
Seamos en misión solidaria, sobre todo cuando nos hablamos de comunicaciones posibles, que todas lo son si hay buenos fines. Montemos guardia para que no caigamos en ese hastío que nos produce distancias. Las mentes y corazones han de apuntalar los buenos anhelos. Hacemos repaso de y a lo que hacemos cada día. Perdura mucho, lo cual quiere decir que aún queda bueno en esa defensa que nos hemos de efectuar de cuanto merece la pena. Eres todo para mí. Te has convertido en ese repaso permanente que nos pone con dudas que nos ubican regularmente.
Nos mostramos con unas fantasías que nos recrean los mundos que hemos elucubrado y que todavía pueden ser emblemas dentro del muestrario de referentes que persisten con el intenso trayecto vital que nos toca experimentar con constancia y en ambientes cerrados. Hemos de abrir las expresiones a otros modales, tan educados como siempre, y tan didácticos como precisamos para abundar en lo exacto, en lo que nos previene. Vivimos con justificaciones variadas.
Nos debemos dedicar a entendernos, que ha de ser casi como un deber. La necesidad viene de diversos palos, con los que hemos de crecer en intensidad y con unos planteamientos poco absurdos. Nos hemos de disponer con los gritos de soledad que no oímos ni nosotros. Los tiempos no corren como queremos: van despacio o deprisa en función de lo que sucede. Contemplemos con perspectiva.
Nos contamos lo más clarividente con unas astucias que nos ponen en bretes con los que nos entrometemos en las causas de quienes vienen con las sombras de heridas que tardan en mejorar. Nos debemos armar de paciencia, de lustre, de sabiduría en función de la lógica de las cosas, que son como son, y como pensamos. Al menos, no siempre daremos con fracasos, y así lo debemos entender.
Lo bueno ha de ser mejorado, y lo que no exista portarlo a esa atmósfera de leves caricias que han de ser potenciadas como baluartes de la felicidad a la que tenemos derecho. No pensemos en el pasado, que ya no se puede cambiar, y, si lo hacemos, que sea para aprender, para no repetir los fallos. Empatizar ayuda a que las cosas se entiendan, y, con su conocimiento, podemos hacer más averiguaciones respecto de lo que son y de cómo solventarlas, si es el caso. Nos debemos poner en las circunstancias ajenas. Así los otros nos verán como todos queremos, con la suficiente amplitud; y, de este modo, sabremos también como llegar a sus mentes y corazones. No nos fallemos: la dicha anda en juego. Las clarividencias comunicativas pasan por tener en cuenta todo lo que sucede con visiones compartidas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos mostramos con unas fantasías que nos recrean los mundos que hemos elucubrado y que todavía pueden ser emblemas dentro del muestrario de referentes que persisten con el intenso trayecto vital que nos toca experimentar con constancia y en ambientes cerrados. Hemos de abrir las expresiones a otros modales, tan educados como siempre, y tan didácticos como precisamos para abundar en lo exacto, en lo que nos previene. Vivimos con justificaciones variadas.
Nos debemos dedicar a entendernos, que ha de ser casi como un deber. La necesidad viene de diversos palos, con los que hemos de crecer en intensidad y con unos planteamientos poco absurdos. Nos hemos de disponer con los gritos de soledad que no oímos ni nosotros. Los tiempos no corren como queremos: van despacio o deprisa en función de lo que sucede. Contemplemos con perspectiva.
Nos contamos lo más clarividente con unas astucias que nos ponen en bretes con los que nos entrometemos en las causas de quienes vienen con las sombras de heridas que tardan en mejorar. Nos debemos armar de paciencia, de lustre, de sabiduría en función de la lógica de las cosas, que son como son, y como pensamos. Al menos, no siempre daremos con fracasos, y así lo debemos entender.
Lo bueno ha de ser mejorado, y lo que no exista portarlo a esa atmósfera de leves caricias que han de ser potenciadas como baluartes de la felicidad a la que tenemos derecho. No pensemos en el pasado, que ya no se puede cambiar, y, si lo hacemos, que sea para aprender, para no repetir los fallos. Empatizar ayuda a que las cosas se entiendan, y, con su conocimiento, podemos hacer más averiguaciones respecto de lo que son y de cómo solventarlas, si es el caso. Nos debemos poner en las circunstancias ajenas. Así los otros nos verán como todos queremos, con la suficiente amplitud; y, de este modo, sabremos también como llegar a sus mentes y corazones. No nos fallemos: la dicha anda en juego. Las clarividencias comunicativas pasan por tener en cuenta todo lo que sucede con visiones compartidas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Hemos agotado deseos
Creo que te conozco. Nos mandamos con nuevas funciones. Nos rendimos. Hemos agotado los buenos deseos.
Limitaciones
Meditamos sobre lo que nos gustaría hacer. No hemos dado con bordes que marquen limitaciones particulares.
Salidas adecuadas
Comemos con sensaciones que nos amamantan con techos que nos llenan. No hemos dado con las salidas más adecuadas.
Hacia el todo
Te pido un poco de paciencia. Todo irá llegando cuando tenga que ser. Nos hemos movido hacia el todo.
No con los momentos claves
De ti aprendo cada jornada. Me sostienes en una vida que es encuentro permanente. No hemos dado con los momentos claves.
Esperan
Animamos esos aspectos que se han de convertir en cruciales. Nos damos unas liberaciones extraordinarias, queridas, estimadas, que esperan. Te mantengo en todo mi ser.
Al consenso
Eres esa sensación que fundamenta las relaciones que mantenemos cada día. Nos hemos consultado, y creo que llegaremos al consenso.
Con felices cambios
Seguimos con trámites que nos pueden. Hemos atesorado muchos anhelos. Nos liberamos con felices cambios.
Siguen ahí los esfuerzos
Calmamos lo que sentimos con palabras que se abren al mundo. Apostamos por estar bien. Lo estaremos. Los esfuerzos siguen ahí.
No más milagros
Eres mi máximo tesoro. Nos hemos entendido durante mucho tiempo. No esperaremos más milagros.
En tránsito
No hemos sentido lo que nos cuentan. Deberíamos recambiar los aspectos que son poco útiles. Nos declaramos en tránsito.
Lo denso
Todo es en ti. La vida nos ha vuelto a proclamar los fines más abiertos. Hemos diseñado lo denso.
Lo que tiene el corazón
Nos suponemos muy lejos de aquí. Estamos en distintos espacios casi al mismo tiempo. Es lo que tiene el corazón.
Comprendemos
Nos hemos demorado en exceso. Nos participamos sentimientos que todo lo eliminan. Nos comprendemos.
No tantas como dijimos
Todo es constancia en los nuevos momentos. Nos lanzamos por caminos que nos huyen. No hemos visto tantas promesas como nos dijimos.
Nos consumimos
Resistimos ante las incidencias amorosas. Nos llegamos sin horas, que son últimas, que son pesares, que vuelven. Nos consumimos.
Veremos más
Eres razón, puro deseo, y nos vamos con elucubraciones que nos planean porque sí. Veremos un poco más.
Surten efectos
Nos hemos personado en los sueños con identidades auténticas. Nos lastimamos con ideas que surten efectos.
No lo que sucede
Tendremos que vernos. Las conclusiones nos ocultan con sus horas más altas. No hemos visto lo que sucede.
Hacia el fin
Vivimos con intenciones que son demasiado racionales. No vamos contar los grados. Nos movemos hacia el fin.
Nos toca
Nos alarmamos ante lo que nos ocurre con catálogos que no leemos para dar con lo mínimo. Suponemos, y eso nos toca.
Realidades figuradas
Tendremos que llegar donde sea menester. Nos hemos sentido afectados por recuerdos que se disparan con realidades figuradas.
Con reservas
Eres mi ejemplo. Nacemos y morimos constantemente. Nos hemos conducido con reservas que llegan con previsiones.
Conexiones definitivas
Eres todo en esa simpatía que ahora nos embarga. Nos mejoramos con conexiones que son definitivas.
Anhelos importantes
Te contemplo. Me miras y te veo con previsiones sin proyectos. Medimos lo que son corazones mejorados. Nos subrayamos anhelos importantes.
Cuando llegan los destinos
Mejoramos con recuerdos que se reforman a sí mismos. Nos callamos cuando los destinos llegan.
Desvelos
Aligero en los nuevos días. Nos creamos. Hemos adscrito nuevos planteamientos. Nos tendremos que referir a los desvelos de otros tiempos.
Del pedestal
Eres parte de la crónica de mi vida, que nos llega con accidentes virtuales. Nos bajamos del pedestal no visto.
Sin recuerdos
El invierno nos gana. Hemos adelantado planos y deseos. Nos quedamos sin recuerdos. Nos necesitamos.
Por las mañanas
Nos hemos puesto a contar en los últimos momentos. Nos sentimos muy enamorados. Nos veremos por las mañanas.
Las claves
Te has adueñado de mi ser. Nos sentimos plenos y enamorados en turnos que nos agotan. No hemos dado con las claves.
Lo mejor para mí
Eres todo lo mejor para mí. Nos renovamos con clasificaciones que son capítulos aparte.
Nos ambicionamos
Nos atendemos con escuchas que nos plantean qué podríamos hacer en los próximos años. Nos ambicionamos.
Increíbles
Mejoramos con amores que se ciernen sobre cielos que ya no son nuevos. Nos servimos de señales increíbles.
domingo, 22 de agosto de 2010
Engatusados
Aparentamos ser y estar entre voluntades de amores que haremos profundos. Nos hemos engatusado.
Deshacer
Jugamos a deshacer esos entuertos que nos dejaron sin amores que nos pudieran mantener vivos.
No lo hemos asimilado
Apenas nos queda nada que narrar ante espectáculos que nos devoran. No hemos asimilado lo que es.
Apariencias
Sacamos adelante la vida con un poco de compromiso. Nos enzarzamos en apariencias que no engañan.
No cuajan
Sacamos adelante las historias que otros nos cuentan. No estamos para parabienes raros que no terminan de cuajar.
A la orden de ocasiones
Tendremos que ser, que amar, que suponer que las cosas son y están a la orden de varias ocasiones.
Caricias cristalizadas
Prestamos círculos rojos que nos llenan de cristalizadas caricias que nos amansan commo a fieras.
Con todo lo que es
Cosechamos buenas actividades que nos darán frutos a medio y largo plazo. Nos tendremos que volver con todo lo que es.
Demoras permitidas
Concluimos casi como comenzamos, haciendo que todo tenga la visibilidad que nos ha de permitir demoras.
Favores que rebotan
Consolidamos la realidad con un poco de bien, con unos favores que nos rebotan por suerte.
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