Nos preñamos de presente
y sabemos que, juntos,
daremos con el futuro
de una verdad con premisas fungibles
pero consolidables en la travesía del amor,
siempre dispuesta si hay voluntad.
Es el caso, el nuestro,
pues hemos fomentado el cariño
que nos alivia ante las penas
y los desaires de un universo que marea.
Me quedaré, siempre me quedo,
con las salubridades de un anhelo
que nos colma de seguridad
por afinidades apuestas.
Hemos superado el tinte del pasado,
y, desde el actual estado de brillo,
viajaremos hasta el horizonte del calor.
Las temperaturas se suman
en este nuevo encuentro de colores.
Juan T.
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