Nos podemos preparar para vivir en la tranquilidad que nos da la suficiente visión para amar, para seguir, para entender lo que nos ocurre.
Nos hemos de presentar con una premisa que nos haga superar las cuestas del destino, que nos ha de abrigar más y màs esperanza.
Nos hemos de interesar por lo que nos sorprende con unos visos que comparten la esperanza y los buenos hechos. Nos hemos de mostrar con elegancia.
Nos dirigiremos a las miradas más singulares. Lo genuino nos sorprende con una óptica de muchas graduaciones. No aceptemos lo grotesco.
Nos pondremos a escribir lo que sentimos. No permitiremos ciertos castigos. Hemos de mejorar. Las invitaciones no han de perderse. El amor es el gran triunfo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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