Apareces
con esa fuerza
que me subyuga,
que me engancha
a tus raíces,
dispuestas firmemente
por ti, hacia ti,
con importancias e impresiones
casi divinas.
Surges
de manera recurrente,
con una voluntad
que llamamos diestra
porque supera
las imposturas y las dudas.
Ya no hay vacío:
nos amamos con sinceridad.
Nos agradecemos
los aires de una juventud
que permanece
a nuestro lado como la mejor luz.
Hemos de brillar
de gozo,
respaldando la vida
en todas sus vertientes:
todas son necesarias.
El amor es siempre garantía.
Nos tenemos que querer,
mucho, más.
Faltan palabras.
Juan T.
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