He sentido
que te vas
desde el primer día
en el que llegaste
a una vida en letargo.
No podía ser
que te quedaras.
La suerte
no ha estado nunca
en mi cama,
y, si lo ha estado,
que sí, lo reconozco,
ha sido por poco tiempo.
El estar bien es
cuando es, en ti,
dentro de mi espíritu
y algo más.
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