Me intuyes,
y con motivos.
Me ves
como tú,
y puede que tengas
esa razón
que nos gustaría
compartir
una noche de locura.
Llegará
con dudas repetidas
hasta entonces.
Será cuando digamos
el final de la historia,
que, por desgracia,
se produce.
No hay motivos
para pensar
lo contrario, corazón.
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