Veo en ti el amor en toda regla, y eso me ayuda en los procesos de acercamiento, de comunicación y de negociación. Cuando nos estimamos, todo es más fácil. Aseguremos los procesos de convergencia con quehaceres cercanos. Tratemos de fijar anclajes con los que podemos modificar poco a poco lo que nos parece sustancial.
No hagamos que lo único funcione, pues opera todo aquello que nos parece adecuado. Situemos las intenciones en su justa medida, con criterios compartidos. Nos hemos de querer como somos, siempre en un intento añadido de dar con los sustentos maestros y magistrales.
Recibamos con armonía lo que nos venga con esa imagen casi perfecta que nos debe producir estímulos para no quedarnos sin hacer nada. Lo necesario nos debe encuadrar en las posibles y solventes opciones con las que aminorar los equívocos, siempre en un entorno cambiante. Tengamos fuerzas.
Repongamos energías en cuanto sea posible con la bondad más ingente. No pasemos de largo por delante de la necesidad. Resistamos ante las tentaciones y asumamos que los dones hay que ejercerlos con relaciones casi idílicas. No pongamos obstáculos a las maravillas de una Creación que hemos de disfrutar, de compartir y de fermentar para que sea como el pan recién horneado.
La paciencia en el trasiego de conocimientos ha de exhibirse como el mejor afán ante una serie de señales conseguidas desde el anhelo de saber de quienes nos han precedido en los honores, en las pruebas, en los errores y en los aciertos, que de todo se saca provecho. Decir adelante en comunicación ha de ser igual a ejercer el propósito, que ha de quedar en algo más que palabras.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario