Planteemos la amistad como un concordato de profusas aguas con las que volcarnos para dar con las realezas de otras etapas lindas.
Nos hemos de mostrar con cordura, prestos a solventar cualquier decisión. Nos queremos mucho, pero también hemos de amar a los otros, que son el sustento de nuestros aportes societarios de humanidad.
No divaguemos en exceso. Pongamos los puntos sobre esas letras que debemos juntar para que los discursos adquieran la realidad que puede fecundar los hechos de buenas acciones.
Contrastemos pareceres ofreciendo imágenes de intenciones superpuestas. Escuchemos los análisis, cuanto se opina acerca de los hechos cotidianos. Hemos de aplicar un criterio, siempre, racional, con una dosis de entusiasmo y otra de equilibrio en la percepción.
Confiemos en las razones de quienes vuelven con ese afianzamiento de unos testimonios con los que hemos de crecer con la suficiente autonomía. Todo es en las etapas de libertad. Podemos ganar mucho con la bondad y con el buen hacer.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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