Representemos la vida con más vida. Seamos consecuentes con lo que hacemos, con todo lo que tenemos, con las opciones que nos vayan surgiendo. Sepamos lo que sucede para afrontar las circunstancias que se desarrollen.
Hemos de avanzar con lo que nos llame la atención, con el aprendizaje, con las serenas caricias de un amor que hemos de expandir hasta las primeras y últimas consecuencias, con el propósito de dar con el sello que nos complace.
La vida es en esa noche que nos da batallas. Conjuguemos las previsiones con unas voluntades de equilibradas intenciones con las que nos hemos de estimar todos los días. Llamemos a los corazones abiertos con unas previsiones de amistad que nos han de realizar totalmente.
Hemos de señalizar la vida con más voluntad aún. Nos debemos a ese universo de tendencias apañadas de principio a fin. Arreglemos todos los flecos con unos intereses que nos han de dar las premisas más hermosas. Hagamos que las sensaciones sean las óptimas.
Calmemos las preocupaciones con inteligencia y quietud. Hemos de proponernos en ese trasiego que nos aclare muchos conceptos. Vayamos asumiendo lo que acontece con dosis y graduaciones que nos vayan haciendo expertos en aprender, siempre con mentes abiertas. No perdamos nunca las emociones en el análisis de lo cotidiano.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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