Miremos con toda la capacidad que tengamos hacia ese futuro que nos construirá con las mejores galas. Nos debemos enamorar de los planteamientos que nos cobijan en sitios de preferencias sin fugas de ideas básicas. Nos debemos coraje.
Tengamos a mano esas soluciones que tienen que ver con la relatividad y la flexibilidad del cariño bien llevado. Nos debemos esos argumentos que van consolidando lo más hermoso. Nos hemos de plantear soluciones a las batallas cotidianas.
Abundemos en esas historias que se fraguan con esencias que nos han de perfumar y mover hacia el futuro con un rastro de sensaciones queridas. Nos hemos de proponer seguir hacia ese desván donde aparecerán los mejores recuerdos, que hemos de utilizar como experiencia.
Nos hemos de poner en marcha superando los tropiezos y hasta los momentos de cansancio. Miremos hacia delante con la ilusión puesta en que, antes o después, lo deseado y aquello por lo que nos esforzamos se llevarán a cabo y serán una realidad.
Acatemos parte de los tiempos en los que nos hallamos y aprendamos a recoger las mejores semillas para seguir plantando en la vida, que es, siempre, nuestro mejor tesoro. No debemos olvidar que estamos obligados a intentar que las cosas mejoren.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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