Nos hemos de dar ese tono que nos ayude a vivir en esa paz a la que todos tenemos derecho. Hemos de asumir los gozos con un toque de amistad profunda con la que unir las voluntades que consideremos suficientes. Nos debemos querencias, aspectos formidables.
Desayunemos todos los días con un afán de seguir hacia ese infinito que puede ser cobijo ante lo que nos pueda suceder. Nos hemos de amparar en los buenos momentos, que nos permitirán cobijarnos ante las recurrentes crisis que, por otro lado, podemos vivir.
Hemos de propiciar unos buenos amores como referencias para estar en ese vuelo que nos haga respirar de verdad. Podemos en ese momento determinante y decisivo que es fuerza con razones que nos han de prevenir para evitar vacíos existenciales que no podamos comprender.
Existimos en los aspectos enteros que nos mueven hacia ese cariño que nos ha de sanar en el momento más inolvidable. Conmutemos esos aspectos y perfiles que no surten los efectos deseados hasta que damos con los objetivos que nos invitan a vivir la máxima jovialidad. Por ahí debemos andar.
Exportamos momentos ideales con el fin de contribuir a la transformación de los buenos amigos. Sumemos sin cansarnos, siendo, fomentando un quehacer de deferencias creativas. Nos hemos de preparar para ser felices, y, sin descanso, serlo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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