Recogemos
las mieles de un éxito
que lo
consideramos
porque
es compartido,
porque
tiene los aromas de la juventud
y hasta
de la infancia,
cuando
todo era aprender y felicidad.
Saboreamos
el amor de la mirada
que se
pierde en las esencias
que nos
comprometen con un futuro dichoso
y con
un presente de pasiones solidarias.
Jugamos
cada día un partido
que,
cuando menos, hemos de proseguir
sin
perder la visión de las buenas acciones,
que
hemos de fomentar como garantía sempiterna
de un
futuro superador de obstáculos y de silencios.
Cosechamos
hoy el triunfo de la amistad,
esto
es, de ser los dos una estela infinita de amor.
Juan Tomás.
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