Conmemoramos
estos días un concierto que marcó un antes y un después en las vidas del
planeta Tierra. Los “últimos” dijeron, nos dijeron, que la verdadera riqueza
está en los corazones. Entonces se oponían a una guerra. No ganaron. Ahora hay cuarenta
conflictos vivos que dejan demasiados muertos.
Subrayaban que
podían vivir con lo puesto, y ahora estamos en el “sobre-consumo”, lo cual está
conduciendo al planeta al borde del desequilibrio. No salen las cuentas.
La lucha de
clases se ha convertido en pugna por sobrevivir. Los ancianos, los seres
queridos que nos precedieron, abandonaron sus vidas con un enorme sacrificio en
pos de nosotros. Flaco favor les hacemos cuando no conservamos lo que nos
legaron.
El bienestar,
las opciones y las oportunidades meditando en torno a esos “últimos” debe ser
una premisa que, de no mantenerla, nos dividirá y romperá en mil pedazos. La
sociedad ha de estar unida en las grandes bases como son la educación, la
sanidad y la igualdad desde la justicia, la libertad y la búsqueda de la
felicidad. Todo lo que no sea hacer esto realidad es equivocarnos. Hagamos
balance cuatro décadas más tarde.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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