sábado, 15 de noviembre de 2014

En la tranquilidad y en la dicha

Las mañanas de descanso tienen un cierto sabor nostálgico, sobre todo las primeras horas en las que vemos tenues rayos de Sol que nos recuerdan la infancia y la adolescencia.

Me acuerdo mucho de los que están, y, fundamentalmente, de los que se han ido, presentes en las ideas que compartimos.

Antonio y Pedro se fueron este año, entre otros. Eran dos personas enamoradas de la vida, felices a su manera, que cantaba Sinatra. En momentos dulces de la jornada, cuando miramos con cierta distancia a cuanto hacemos, los rememoramos. Fueron un grato ejemplo. Los hay, y lo son frente a los que se comportan como si la existencia no fuera con ellos. Ya lo averiguarán.

En este aquí y ahora nos deleitamos con la dicha que nos regala la tranquilidad, saboreamos un buen café, y a los que queremos y nos quieren les decimos ¡buenos días! Se los deseamos de verdad, de corazón y por siempre.


Juan Tomás Frutos.

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