Consumimos
amor en salsa cariñosa
que son besos que siguen
con reformas que superan
las causas y sus envites extraños.
Nos mejoramos.
Adecuamos sanamente
los recursos que alimentan
lo que nos importa
con versiones de un placer
que nos hermosea
de principio a fin.
Generemos lo más querido,
lo ideal, lo que nos vale la pena
con ensanches de gracias
que definen el valor
de la felicidad,
que es todo, más.
No hay mayor objeto
que dar con lo que nos importa
realmente, con sinceridad.
Avancemos con lo que tenemos
y seamos en cada instante
todo lo dichosos que podamos.
Hagamos que cada segundo
sea irrepetible, porque lo es.
Juan Tomás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario