Nos queremos
en el fondo del día,
y avanzamos por sus formas
para no dejar nada atrás.
Somos la suma
hacia ese futuro que compartimos.
Nos presentamos
con una voluntad divina
que nos hace conseguir
las bases
para subir los peldaños
de un amor constituido de seriedad
y de relativismo con dosis
de superlativo contento.
Nos adecuamos
al cariño mismo,
desde la gracia de un pensamiento
que se sucede
con análisis altruistas
que nos destacarán ahora y siempre.
El día es nuestro.
Juan T.
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