Resolvamos los conflictos como base para poder comunicar de manera oportuna. Seamos sensatos con constancia.
Nos debemos participar con clementes dichas que nos han de prevenir ante consecuencias sin contradicciones o con ellas. No paremos ante los obstáculos, pues son muchos, y, de hacerlo, no habría avances.
Supongamos que las inquietudes se pueden reequilibrar. Nos debemos dar segundas, y hasta terceras, oportunidades, para proseguir esa senda que nos puede colmar de dichas y de pensamientos considerados.
Nos declaramos en suertes dispares, con fechas de amores supuestos, con señales de algodones que curan, con tabletas de emocionantes nubes.
Nos hemos de poner a rectificar cuando sea el caso, a seguir cuando todo vaya como se espera, a aprender en esos itinerarios de vocaciones humildes. Nos preñamos constantemente de tantas preferencias que nos hemos de colocar en las atalayas que nos dan la suficiente óptica para contemplar lo que sucede y comprender el porqué. Nos hemos de motivar todos los días, por supuesto, en la comunicación, desde ella, con ella misma.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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