viernes, 1 de junio de 2012

El afán hermoso

Los pasos que hemos dado nos sirven para planteamientos socorridos, llenos de amistad hacia ese fin que puede ser algo más en sí mismo.

Nos procuramos, o debemos, un sentimiento de eternidad hacia el momento más glorioso. Hagamos que funcione la vida con más átomos de azúcar, con plenitudes sencillas. Nos debemos a ese universo que nos agarra fuertemente.

Fomentemos los ecos para dar con las dimensiones y los objetivos más leales y loables. Hagamos que suenen esas campanas que alertan pero que también aleccionan para no reiterar los equívocos que se puedan ir produciendo.

Abarquemos escenas y emociones en lugares y tiempos de promisión. Recojamos paisajes azules, y verdes para quienes gustan de ellos, pero siempre pensando en que no falte para quienes menos tienen. Serenemos las olas y demos con la luminosidad que precisamos para crecer por dentro y por fuera.

Fomentemos las plácidas miradas con el fin de estructurar relaciones que funcionen a medio o largo plazo. Hemos de fraguar intereses queridos. Nos debemos ese afán hermoso que tiene que ver con el consenso y no con la discrepancia en la lógica pretensión de ser felices.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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