Se gesta el amor:
lo vemos venir
por esa senda que abre
todo un mundo de ilusiones.
Parece el del primer día.
No lo será,
pero intentaremos que sostenga
la misión de no perder
ni una sola gota de felicidad,
a la que siempre tenemos derecho.
Crece la hermosura
de un interior silencioso
que haremos posible
gracias a la eternidad sugerente
de este momento celestial.
Me has regalado el paraíso.
Te devolveré con creces
este bendito presente.
Juan T.
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