Restauremos el tiempo,
que será restaurar la vida,
que será ser nosotros mismos,
que supondrá un tanto de felicidad,
a la que tenemos derecho.
Volvamos a ese sabor
de la ingenuidad de la infancia,
cuando las intenciones era reales
e implicaban amor de verdad.
Retornemos a las caricias
que nos regalaban soluciones
para adelantar sin invasiones.
Seamos leales a los amigos,
a lo que pensamos,
a cuanto deseamos en este universo
que nos asegura calidez.
Volvamos a vernos,
sin segundas partes, con brillo
en los ojos que compartimos,
con competentes fines.
Juan T.
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