Recorro la belleza que me ofreces, y todo se me antoja un sueño. Puede que lo sea, pero también tengo presente que los sueños pueden ser realidades muy hondas y profundas. Busquemos garantías en cada momento, sin hastíos, sin provocaciones.
Demos con esos alientos que nos pueden proponer cambios con sus implicaciones más bellas. Las hermosuras nos deben gustar muy mucho. Vayamos hacia delante. Ilusionemos nuestros pasos.
Todo seguirá con esa voluntad que nos previene todavía sin que nos postulemos entre lentitudes y demoras sin fechas. Todo sale cuando la propuesta es sincera y nos acompaña la suerte. Tendremos una y otra.
Abundemos en las experiencias más salubres con entidades que fortalezcan ante cuanto nos deleita en esta etapa de previsiones.
Sepamos que el mundo es un horno de posibilidades en el mejor de los planteamientos. Miremos con la virtud de creer en nosotros mismos.
No estemos entre advertencias permanentes, sino entre opciones que se irán cumpliendo sin que les pongamos altivas caricias. Daremos, seguro, con los más óptimos resultados.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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1 comentario:
Me gusta mucho tu artículo, Juan. Sin lugar a dudas, hay que "ilusionar los pasos" para caminar con alegría por cada sendero que recorramos, y hacer de él una estela de luz.
Feliz tarde.
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