Podemos decir,
tras el rezo,
que hay propósito de enmienda.
Podemos soñar,
tras la vida,
con un amor que nos declare
el viaducto alegre
que tanto precisamos.
Podemos confiar
en el destino,
tras lo experimentado,
con la fuerza del cariño
que ya brota por doquier.
Juan T.
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