Gustemos
de ese mundo
que nos saca de los complejos
y que nos hace sentirnos
personas de verdad,
con importancias relativas,
quizá poco destacadas,
pero que justifican
la rutina que cansa
y a veces hasta nos puede.
Hemos de derivarnos
hacia esa versión
que nos gana
con sus derivaciones
más sensacionales.
Procuremos superar el partido,
el mejor, el que nos aclara dudas
y nos hace tener potencias
para millones de años.
Saquemos el aroma
del día en su cosmología
y veamos que la etapa
se adecúa a las preferencias
con las que vamos a caminar,
las nuestras, las que nos identifican.
Gustemos
de esa oportunidad que espera.
Juan T.
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