Salvemos el mundo.
Podemos hacerlo
con amor, con buenos deseos,
con hechos correspondientes,
con aplausos,
con actitudes claras,
con secuencias que nos transporten
al momento más sencillo,
al que fue, al que siguió,
al que nos consumió
y luego nos dio vida.
Salvemos el mundo
con amor, por amor,
desde las emociones más fáciles
de explicar y de justificar.
Podemos hacerlo.
Juan T.
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