Nos hemos de influir
con la calma amorosa
que precisamos
para seguir
por una senda de emotivas
caricias y deseos
que nos deben consolar
con los recuerdos
que son y que fueron
desde la destreza máxima.
Nos comprendemos sencillamente.
Debemos amarnos
con las intenciones más honestas,
siendo nosotros mismos,
avanzando por vericuetos
que nos oferten conclusiones
que adelanten los pasos
más serenos y eficaces.
Mejoramos.
Pongamos todos los ingredientes
para que la fiesta sea singular
y más que sincera,
para que las versiones
nos lleven donde las motivaciones
son fines y pretensiones
de hermosas ideas.
Vamos muy bien.
Nos declaramos.
Juan Tomás.
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