Hoy juramos amor eterno, y somos en esa noche que nos devora.
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Supliquemos las razones de siempre. Ahí están.
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Escoltemos los momentos más hermosos.
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Separemos la vida con más vida, y sellemos los pronósticos más lindos.
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Hemos adecuado la bella existencia con adornos de juventud.
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No podremos vernos siempre. Tampoco lo esperamos. La vida sigue.
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Nos conformamos con la realidad de las cosas, que tienen un sentido.
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Nos hemos visto en la libre sensación de vivir.
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Los elementos se vuelven un poco raros. Nos hemos visto con razones nuevas.
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Te he visto en la otra cara y ya sin moneda. Nos queremos mucho.
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Nos divisamos con motivaciones inciertas. Nos hemos embellecido.
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Nos adoramos con claridades que siguen.
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Te has divertido en el ocaso de algunos dioses. Quedan otros.
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No te veré en la larga espera que nos domina con amarguras afortunadas.
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Te he esperado en la voluntad misma. Nos consolamos.
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Te informo de todo cuanto podría tener un sentido ideal.
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Hemos averiguado el despertar más profundo.
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Nos visualizamos, y ya no podemos hacer otra cosa.
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Te recuerdo entre dulces de la infancia, y dulce me sabes.
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Hemos supuesto brillos, y ya los vemos.
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Te quiero como eres, por lo que demuestras cada día.
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Te quiero bien, te quiero mucho, te recuerdo, te expreso lo que aguardo ahora que creo en los milagros.
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Nos hemos sentido entre particulares circunstancias. Nos enamoramos fuertemente.
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Diviso esas cansadas caras que me transportan donde el motivo ya no es silente.
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Nos hemos emparentado con la esencia de los recuerdos de amor, que vuelven a la realidad.
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No te veré cada día, ni podré, ni querré, ni podré.
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Nos hemos tomado la vida de otro modo, y de otro modo la vemos.
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Nos recordamos en la larga espera que nos domina con sus diestras intenciones.
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No podremos quedarnos atrás. Nos deberemos ayudar.
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La vida tiembla. No podemos quedarnos en la nada misma.
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No podremos quedarnos en los inicios de los sentimientos. Debemos hacerlos realidad.
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Ya te diré por qué crees. Ya me dirás por qué creo yo. Compartamos la esperanza.
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Los guiños se hacen realidad entre anhelos de pureza. Esperemos.
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Los elementos que agradan nos conducen por respuestas que nos dominan el corazón.
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Podremos agudizar el ingenio que nos consiente.
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Nos tendremos que ver en otro espacio, en otra existencia, con unas posibilidades diferentes.
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Nos corregimos con las certezas de estar donde sea menester. Nos haremos mucho caso.
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Tiemblo al verte, y, al verte, soy en la noche misma.
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Te diré por dónde pasan los espacios que no hemos visto en lustros.
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Todo parece tener sentido. Nos hemos visto muy bien.
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Los tientos y las caricias nos aplacan los ánimos, que parecen estar donde deben.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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